En el año 2024, la administración encabezada por Javier Milei implementó un ajuste fiscal sin precedentes en las últimas tres décadas, reduciendo el gasto del sector público nacional en un 27% en términos reales respecto al año anterior. Este recorte fue considerado el más drástico en 31 años, marcando un antes y un después en la política económica del país.
De acuerdo con expertos, gran parte de esta disminución estuvo asociada a la reducción en las transferencias de recursos hacia las provincias. En las transferencias automáticas, como las derivadas de la Ley de Coparticipación de Impuestos y otras que se efectúan de forma regular, la baja fue de un 9,8% en términos reales comparado con 2023, según el análisis de la consultora Politikón Chaco. Por otro lado, las transferencias discrecionales, que incluyen los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), registraron un desplome mucho más pronunciado, alcanzando el 75%.
Este contexto obligó a las provincias a adoptar medidas de ajuste propias para contrarrestar la menor recepción de fondos desde la Nación y evitar desequilibrios en sus cuentas públicas. Gracias a estas medidas, lograron en conjunto un superávit primario equivalente a casi un punto del Producto Bruto Interno (PBI).
El análisis de Politikón Chaco se centró en los primeros tres trimestres de 2024, ya que los datos del último trimestre aún no estaban disponibles. Durante ese período, se destacó que en 20 de las 24 jurisdicciones provinciales el gasto total disminuyó cerca del 21%, en comparación con el 27% de ajuste aplicado a nivel nacional. A pesar de estos recortes, los ingresos provinciales también se redujeron en un 15,4%.
Como resultado, las provincias obtuvieron un superávit primario parcial de $5,6 billones, equivalente al 0,9% del PBI, y un superávit financiero de $4,3 billones, representando el 0,7% del producto. En términos de dólares, estos montos correspondieron a U$S 5.736 millones y U$S 4.474 millones, respectivamente, según cálculos de la consultora dirigida por el economista Alejandro Pegoraro.
Un desglose adicional reveló las cifras específicas del superávit alcanzado por cada provincia, destacándose Tucumán con un saldo primario de U$S 343 millones y un resultado financiero de U$S 322 millones, considerando el pago de deudas. Estas cifras posicionaron a la provincia en un lugar destacado dentro del ranking nacional.
Según fuentes del Ministerio de Economía, la gestión del gobernador Osvaldo Jaldo concluyó 2024 con un ahorro significativo, suficiente para cubrir aproximadamente dos meses de salarios de los empleados públicos provinciales, cuyo costo asciende a cerca de $150.000 millones por planilla.
En el contexto del superávit financiero, Tucumán ocupó el cuarto lugar a nivel nacional, ubicándose detrás de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba y Neuquén. Superó incluso a provincias de mayor tamaño como Mendoza, Santa Fe y Buenos Aires, así como a regiones con importantes inversiones mineras como Salta, Catamarca y Jujuy. Por otro lado, la provincia de Buenos Aires, gobernada por Áxel Kicillof, logró un superávit primario, pero al contabilizar el pago de deudas cerró el tercer trimestre de 2024 con un déficit financiero de U$S 477 millones.