Durante una jornada particularmente compleja para la economía argentina, en la que se registraron caídas pronunciadas en bonos y acciones junto con un incremento del dólar oficial, el ministro de Economía, Luis Caputo, salió a ratificar con firmeza el rumbo del programa económico del Gobierno y descartó de manera tajante cualquier modificación en el esquema cambiario vigente. En ese marco, el funcionario transmitió un mensaje directo: “Vamos a vender hasta el último dólar en el techo de la banda”, remarcando la decisión de sostener a toda costa el mecanismo acordado.
Caputo buscó despejar dudas sobre la capacidad de pago de la deuda y respondió a la desconfianza de los mercados: “Si el mercado cree que vamos a defaultear la deuda cuando no lo hicimos en el 23, que teníamos dos alambres, bueno, le digo que no”. En esa línea, hizo un llamado a la calma y a la confianza en el plan oficial: “Nosotros confiamos plenamente en el programa. Se diseñó así y está hecho para que los dólares, tanto los del Banco Central como los que hemos comprado, sirvan para defender el techo de la banda”, aseguró en una entrevista transmitida por streaming.
El titular de la cartera económica insistió en que no existe margen para abandonar la estrategia acordada con el Fondo Monetario Internacional, ya que se trata de una herramienta que sostiene la estabilidad financiera: “Vamos a seguir siempre defendiendo la banda cambiaria porque es lo que acordamos con el Fondo y el programa es sólido. No tendría ningún sentido no hacerlo. Hoy la situación macroeconómica es tremendamente sólida. No hay ninguna razón para moverse de este esquema”, subrayó con énfasis.
Más adelante, Caputo dejó entrever que el Gobierno trabaja en medidas que no pueden ser detalladas aún, pero que buscan asegurar los compromisos internacionales: “Sepan que no podemos decir las cosas concretamente, porque todavía las estamos trabajando. Pero no tengan ninguna duda de que nuestra expectativa es que en las próximas semanas vamos a garantizar los pagos de enero y, si nos va bien, de julio del año que viene. Son los dos mensajes que yo querría pasar más importantes”, sostuvo, tratando de transmitir certidumbre.
El ministro también interpretó la inestabilidad financiera como resultado de un clima de tensión política más que de debilidades estructurales de la economía: “Hay un ataque político como nunca vi. Pero está combinado con una macro muy sólida que la Argentina no tuvo nunca. Entonces, a pesar de todo lo ocurrido, seguimos con superávit comercial y un Banco Central capitalizado. No hay emisión monetaria y la inflación sigue controlada”, enfatizó.
Finalmente, reflexionó sobre la reacción de los mercados, a los que atribuyó un comportamiento más emocional que racional: “Es una situación rara porque los mercados y la gente ven la política, se asustan y reaccionan en consecuencia”, explicó, resaltando que, pese a la volatilidad, el Gobierno se mantiene convencido de que su programa económico es consistente y de que tiene los instrumentos necesarios para sostenerlo en el tiempo.