Whirlpool anunció el fin de su producción en Argentina, marcando un cambio profundo en su presencia industrial local. La multinacional estadounidense comunicó el cierre definitivo de su planta de lavarropas ubicada en el parque industrial de Fátima, en Pilar, lo que pone fin a décadas de actividad manufacturera en el país. Esta decisión implica la desvinculación de 220 trabajadores, entre ellos personal de gestión y de la cadena de suministro, y representa una reestructuración significativa para la filial argentina. A partir de ahora, la compañía se enfocará exclusivamente en la comercialización y el servicio posventa, asegurando la disponibilidad de electrodomésticos, repuestos y accesorios en todo el territorio nacional, lo que implica que todos los productos pasarán a ser importados.
La empresa mantendrá su oficina comercial y de distribución en Argentina, donde seguirán trabajando entre 100 y 120 empleados, como ha ocurrido durante los últimos 35 años. Las fuentes de Whirlpool explicaron que la decisión responde a la necesidad de transformar el modelo de negocio hacia uno más ágil y eficiente, algo que no se pudo lograr debido a la fuerte desaceleración del consumo interno y al aumento de las importaciones. “La idea es iniciar un proceso de transición, organizándonos hacia una operación más comercial que de fabricación”, señalaron.
Aún no se definió el futuro de la planta inaugurada en octubre de 2022 tras una inversión de 52 millones de dólares, que estaba diseñada para producir 300.000 unidades anuales y exportar el 70%, objetivo que finalmente no se alcanzó. En el futuro, los productos que antes se fabricaban localmente serán importados desde Brasil o China, aunque la empresa asegura que mantendrá el servicio técnico y un portafolio completo de electrodomésticos.
En su comunicado oficial, Whirlpool indicó que la decisión forma parte de un proceso de revisión y optimización de su estructura productiva, alineado con directrices de eficiencia operativa y gestión responsable de recursos. En consecuencia, la planta de lavarropas de Fátima dejará de operar de manera definitiva.
El proceso de reducción de la producción ya se había hecho evidente semanas atrás, cuando la planta pasó de fabricar entre 500 y 600 unidades diarias a solo 400, lo que provocó el despido de empleados eventuales. Sin embargo, el cierre total de la fábrica no se percibía como inminente por parte de los trabajadores. Incluso la empresa había adelantado las vacaciones al 22 de diciembre, sin que esto anticipara la medida drástica que finalmente se tomó.
Whirlpool tiene presencia en Argentina desde hace 35 años y se encuentra entre los líderes del mercado de electrodomésticos de línea blanca. A nivel global, la compañía registra ventas por 19.000 millones de dólares anuales, emplea a 59.000 personas y posee 55 centros de investigación tecnológica y manufactura. La transición de la compañía de producción local a importación marca un cambio estructural importante en su estrategia de operación en el país.
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