Eliana Guercio reveló hace unos días en sus redes sociales que había sido víctima de una “mala praxis estética” y aprovechó para advertir a sus seguidores sobre los riesgos de dejarse realizar tratamientos faciales por cualquier persona que se promocione en redes sociales con el respaldo de celebridades. “Yo caí así”, reconoció, mostrando su experiencia personal como ejemplo de precaución.
Si bien Guercio aseguró que su situación tenía solución —o al menos eso creía—, la información que pudo ofrecer fue limitada. Ante la repercusión del caso, Marina Calabró se encargó de investigar y aportar detalles adicionales en Lape Club Social (América). Según la periodista, “Eliana se sometió a un tratamiento con láser. Ya lo había hecho anteriormente con otra médica y los resultados habían sido muy buenos, así que quiso repetirlo. Sin embargo, perdió el contacto con esa profesional y buscó a alguien más, y ocurrió lo que pasó”.
El procedimiento en cuestión fue el láser CO2, un tratamiento no invasivo que tiene como objetivo mejorar la textura y calidad de la piel, siempre que sea realizado por un profesional capacitado. “Eliana tenía marcas de acné en la frente y los pómulos. Se realizó el tratamiento, pero a las 36 horas —cuando deberían empezar a desprenderse las cascaritas— sufrió una inflamación muy fuerte, al punto de que su rostro se deformó, especialmente en la zona de los párpados”, detalló Calabró.
Debido a que el caso está siendo tratado por abogados, Guercio no pudo brindar declaraciones directas, pero allegados confirmaron a la periodista que “la piel quedó como si le hubieran quemado con el láser”. Tras el incidente, la actriz intentó hacer un reclamo, pero en el centro estético cambiaron su versión de los hechos: “La recepcionista le aplicó masajes con una crema descongestiva y le dijeron que tal vez necesitaba un tratamiento adicional para obtener resultados”, explicó Calabró.
Posteriormente, Guercio buscó una segunda opinión médica y acudió a la dermatóloga recomendada por Georgina Barbarossa. La especialista le aseguró que había tenido “mucha suerte”, ya que en muchos casos los daños son irreversibles. Este episodio dejó en evidencia los riesgos de los tratamientos estéticos cuando no se realizan bajo supervisión profesional adecuada y los peligros de confiar únicamente en la publicidad de redes o el respaldo de famosos.