En el último episodio de Gran Hermano, las tensiones dentro de la casa llegaron a su punto máximo. Luciana, una de las participantes más destacadas, acusó a Renato de ser un «acosador», lo que generó un gran revuelo y causó que el joven se desbordara en lágrimas fuera de cámaras. Este enfrentamiento no solo aumentó el clima de tensión, sino que también desató una serie de reacciones de los demás concursantes.
Todo comenzó cuando Luciana, trató de «acosador» a Renato, tras varios episodios donde él fue señalado por otras participantes como incómodo en sus acercamientos. Según las primeras declaraciones de Keila, una de las chicas de la casa, este tipo de actitudes no son nuevas.
Poco después, Lourdes se sumó a la conversación, diciendo que no le sorprendía que Luciana expusiera la situación, pero criticó la forma en que lo había hecho. Según Lourdes, no era correcto exponer públicamente la situación de esa manera, especialmente defendiendo la postura de que Renato no actuaba con mala intención. Por otro lado, Keila defendió a las chicas de la casa, asegurando que “no hay acosadores aquí, y mucho menos de Perú”, aludiendo al origen de Renato.
Las reacciones dentro de la casa fueron divididas. Chiara, otra de las participantes, compartió su malestar y describió cómo se sentía cuando Renato no respetaba sus límites. “Te toquetea mucho, te besa mucho, eso se lo hace a todas y las pibas ya ni quieren que se acerque”, comentó visiblemente incómoda por los comportamientos de Renato, que no habían pasado desapercibidos para las otras chicas.
A medida que avanzaba la discusión, Luciana, visiblemente arrepentida, pidió disculpas por la acusación que hizo contra Renato, reconociendo que había cometido un error al llamarlo «acosador». Sin embargo, las otras chicas aclararon que si bien se habían sentido incómodas con ciertos comportamientos de Renato, nunca llegaron a considerarlo un acosador. “Sí, nos sentimos incómodas, pero no como para llamarlo acosador”, dijeron en defensa de la situación.
A pesar de las disculpas de Luciana, el ambiente dentro de la casa seguía cargado. Las tensiones aumentaron a medida que las chicas discutían sobre la responsabilidad de Renato en sus actitudes y si realmente su comportamiento era inapropiado o simplemente mal interpretado. Con la situación lejos de resolverse, los enfrentamientos dentro de la casa continúan, sumando drama a una edición de Gran Hermano que no deja de sorprender a los televidentes.
Este escándalo ha dejado claro que las relaciones entre los participantes son cada vez más complicadas y que los límites dentro de la casa de Gran Hermano son cada vez más difusos. ¿Cómo se resolverá este conflicto? Solo el tiempo lo dirá, pero por ahora, las tensiones siguen al límite.