Graciela Alfano reveló que Menem le propuso mudarse a Olivos y que Anzorreguy, entonces jefe de la SIDE, reaccionó con disgusto

En una reciente y profunda entrevista, la actriz y exvedette Graciela Alfano rememoró con detalles inéditos su vínculo con el expresidente Carlos Menem durante los años noventa. En el encuentro televisivo, la artista no solo confirmó su relación con el líder riojano, sino que también aportó anécdotas desconocidas que revelan aspectos poco explorados de la personalidad y las creencias del exmandatario, incluyendo ciertas prácticas esotéricas que —según ella— lo llevaron a anticipar trágicamente la muerte de su hijo, Carlos Jr.

Durante su participación en el programa conducido por el periodista Luis Novaresio, Alfano fue interrogada sobre el vínculo afectivo que mantuvo con Menem. Frente a la pregunta directa: “Menem se enamora de vos, ¿qué hiciste con eso?”, la actriz respondió de forma tajante y colorida. “Me sentí atraída por el personaje del caudillo, ese hombre de patillas que representaba una figura de poder”, expresó. Y recordó cómo en ese contexto el entonces jefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), Hugo Anzorreguy, mostró su preocupación ante esa relación, exclamando en tono resignado: “¡Qué pena que no salió presidente Luder, que se va a dormir temprano! ¡Este con esta mujer me vuelve loco!”.

Consultada sobre la serie de televisión basada en la vida de Menem, Alfano confesó que la había visto parcialmente y que tenía intenciones de mirarla con más detenimiento. Afirmó que varias situaciones retratadas en la ficción le resultaron muy reales y fieles a lo que vivió. Novaresio, con asombro, le comentó que le llamó la atención su afirmación anterior: “Me enamoré del hombre de las patillas”, a lo que Alfano aclaró que se trataba más bien de una fantasía irracional y no de un amor profundo.

Refiriéndose a sus inicios con Menem, Alfano contó que él llegó a proponerle ir a vivir a la residencia presidencial de Olivos. Sin embargo, ella se negó rotundamente, explicando: “¿Qué iba a hacer yo en Olivos? Él acababa de asumir como presidente, pero yo ya era Graciela Alfano desde hacía dos décadas. Tenía poder propio, estaba casada con uno de los hombres más ricos del país, tenía una familia. ¿Qué podía ofrecerme realmente esa propuesta?”.

La negativa la llevó a imaginar encuentros clandestinos en barcos en el Río de la Plata, alimentando así su necesidad de mantener la independencia. Esta situación, lejos de agradar al entorno del mandatario, desataba la desesperación de Anzorreguy, que veía en esa relación un elemento de inestabilidad. Alfano resumió ese período como un momento lúdico de su vida, donde predominaba la diversión. “Para mí, el aburrimiento es el fin de todo. Justamente por eso te digo que nunca me enamoré de Menem. El amor no se da en el aburrimiento. Sin embargo, aprendí muchísimo durante ese tiempo”, aseguró.

Uno de los pasajes más crudos de la entrevista surgió cuando Alfano se refirió a las prácticas ocultistas que, según ella, Menem realizaba en la intimidad. Contó que el expresidente creía firmemente en rituales y brujerías, y que tenía en su poder dos pinturas con rostros masculinos muy potentes, que usaba durante ciertos ritos. También solía visitar brujas y contaba historias como la del asedio de la casa de Toledo en España, donde un general habría enviado un mensaje a su hijo, rehén del enemigo, diciéndole: “Eres mi orgullo, prepárate para morir”.

Lo más impactante, sin embargo, fue que Menem compartía estas historias antes de la trágica muerte de su hijo, lo que, para Alfano, demuestra que el expresidente aceptaba su destino con una mezcla de resignación y convicción profunda. “Menem era un hombre que vivía bajo la idea del destino cumplido. Aceptaba los sacrificios que venían con ese destino, incluso el sufrimiento de Zulema. No creo que haya sido insensible frente a su dolor, pero él creía en un propósito superior, y eso lo guiaba”, explicó.

La conversación también incluyó una reflexión sobre otra figura clave del menemismo: María Julia Alsogaray. Alfano elogió a la exfuncionaria, destacando tanto su formación académica —era ingeniera— como su inteligencia y determinación. La describió como una mujer brillante que, en un determinado momento de su vida, decidió vivir una fantasía y asumir el rol de diva. Esa elección, dijo, fue juzgada con dureza por la sociedad y terminó en prisión por causas judiciales, algo que Alfano consideró desproporcionado e injusto, especialmente porque —según su mirada— muchos hombres en situaciones similares jamás rindieron cuentas.

Conmovida, relató que había ido a visitar a Alsogaray durante su encierro porque sentía que la condena pública y legal hacia ella respondía más a una cuestión de género que de justicia real. Para cerrar ese recuerdo, compartió un mensaje reciente que recibió desde Estados Unidos, enviado por el hijo de María Julia. El joven le agradeció las palabras que tuvo para su madre y le confesó: “Pude perdonar todo. Mi mamá ya era una mujer sabia. Pero tengo una cuenta pendiente con el cáncer que se la llevó”.