A veces, las acciones comunican mucho más que las palabras. Este parece ser el caso de Jesica Cirio, cuya reciente decisión ha causado sorpresa y comentarios de todo tipo. En medio de un contexto personal complejo, marcado por una separación con alta exposición mediática y la sombra de investigaciones judiciales que rozan a su expareja Elías Piccirillo, la modelo y conductora dio un paso que muchos interpretaron como un mensaje cargado de simbolismo: habría montado un puesto en una feria del conurbano para vender ropa de su propiedad… y también de su ex.
El dato fue revelado en el programa Puro Show, emitido por eltrece, donde se informó que Cirio se sumó a la tendencia de la moda circular, instalando un puesto en una feria al aire libre ubicada en la localidad de Benavídez. A simple vista, podría parecer una movida sin mayores implicancias: no es raro ver a celebridades vendiendo ropa en este tipo de espacios, promoviendo el reciclaje de prendas y un consumo más responsable. Sin embargo, en este caso, la situación captó la atención por un detalle particular que reveló la panelista Fernanda Iglesias: en el stand no solo había prendas de Jesica, sino también vestimenta de Elías Piccirillo, su ex pareja.
Iglesias fue tajante al asegurar que “empezó a vender toda la ropa de Elías Piccirillo”, lo cual sugiere que esta acción trasciende lo económico o lo ecológico. Para muchos, este gesto podría interpretarse como una forma de cerrar un capítulo de su vida, una limpieza emocional tanto como literal. Vender la ropa de su ex, en un espacio público y popular como una feria barrial, parece tener un componente de catarsis, de ruptura definitiva.
El presente de Jesica Cirio, por otra parte, dista de ser claro. Tras haber mantenido una imagen pública activa y un rol destacado como conductora del programa La Peña de Morfi, la modelo se alejó de los medios en los últimos meses. La separación de Piccirillo no solo implicó un cambio emocional, sino que vino acompañada de rumores de crisis económica, presiones mediáticas y la incomodidad de verse involucrada indirectamente en cuestiones judiciales que afectan a su entorno más cercano.
El periodista Pampito, también integrante del equipo de Puro Show, aseguró que su producción se trasladó al lugar para verificar la información. Aunque Jesica no se encontraba en el predio al momento de la visita, pudieron confirmar que el puesto le pertenece. Allí encontraron variedad de prendas: desde ropa femenina y masculina hasta piezas de marcas reconocidas, todo ofrecido a precios accesibles. Este detalle encendió nuevas interpretaciones: para algunos, Cirio estaría apostando a un estilo de vida más minimalista y sustentable; para otros, es posible que esté enfrentando dificultades financieras y recurriendo a esta estrategia como una forma de obtener ingresos.
Como si todo esto no fuera ya suficientemente llamativo, el diseñador Roberto Piazza sumó su voz al escándalo con fuertes declaraciones dirigidas a Jesica. Sin medir palabras, dijo que “no tiene los patitos en fila” y que “no le llega agua al tanque”, insinuando que la modelo no estaría actuando con lucidez. Además, disparó una crítica personal: “De buenita nunca tuvo nada”, expresó con ironía y un dejo de resentimiento, dejando en claro su postura crítica hacia ella.
En definitiva, lo que podría haber sido una simple anécdota sobre la venta de ropa usada se convirtió en un episodio cargado de lecturas emocionales, sociales y hasta mediáticas. Jesica Cirio, alejada de los reflectores tradicionales, volvió al centro de la escena a través de una feria de ropa, con un gesto que parece hablar de ruptura, reinvención y quizás también de supervivencia.
