Después de que Gimena Accardi reconociera públicamente que había cometido una infidelidad —hecho que, sumado a otros problemas previos, derivó en la ruptura definitiva con Nicolás Vázquez tras casi dos décadas de relación—, el actor decidió enfrentar a los medios para dar su versión sobre el tema y referirse a la repercusión mediática que rodea a la separación.
La aparición de Vázquez ante la prensa no se dio en cualquier lugar ni bajo circunstancias improvisadas. El artista eligió hablar en el hall del Teatro Lola Membrives, el mismo espacio en el que, de jueves a domingos, protagoniza la obra Rocky. Aunque ese martes no tenía funciones, convocó expresamente a los periodistas para hacer declaraciones y, según aclaró, sería la última vez que se refiriera al asunto, con el propósito de evitar que el escándalo interfiera con el desarrollo normal de las próximas presentaciones teatrales.
“Voy a hablar yo. Me da mucha vergüenza…”, fueron sus primeras palabras, dejando en claro desde el inicio que no se sentía cómodo y que, al menos al principio, no aceptaría preguntas. Explicó que sentía la necesidad de atender a la prensa debido a la magnitud pública que había alcanzado el tema y, al referirse a su ex, afirmó: “Hoy Gime decidió hablar y la verdad es esa… La quiero acompañar, desde el lugar que yo puedo hacerlo. Para mí siempre va a ser una persona muy importante. Somos familia”. Vázquez incluso contó que ese mismo mediodía había estado con Accardi en la que todavía es la casa de ambos, para contenerla en un momento que definió como especialmente agitado.
El actor fue enfático en marcar que no tenía intención de entrar en pormenores: “Me parece muy delicado entrar en detalles, no lo voy a hacer. Sí aclararles que lo que dijo es lo que sucedió”. Reconoció además que la situación lo entristecía, tanto por el hecho en sí como por la manera en que, según sus palabras, “se embarró una relación que fue muy linda”. Recordó que compartieron 18 años en los que vivieron experiencias de todo tipo, sin nunca ser la pareja perfecta que muchos creían ver desde afuera. Admitió que hacía tiempo venían atravesando dificultades y que ya estaban en proceso de divorcio.
Al hablar de Accardi, la describió como “una mujer con unos ovarios increíbles”, aunque admitió que no le causó gracia la exposición que tuvo que atravesar. En ese punto hizo referencia a la entrevista que su ex brindó en OLGA, donde aclaró que la persona involucrada en su infidelidad no había sido Andrés Gil, actor con quien comparte escenario en En otras palabras, obra producida y dirigida por el propio Vázquez.
Más adelante, Nicolás insistió en que la crisis de la pareja no comenzó con el engaño, sino que venía gestándose desde hacía tiempo. “Hace un tiempo que no veíamos bien, y después eso son cosas que suceden. Nadie está exento”, expresó. Subrayó que no quería que Accardi quedara definida por un error, sino por los 18 años de amor que compartieron: una vida juntos construida en torno a amigos, mascotas, proyectos laborales en común y una fuerte unión que supieron sostener sin necesidad de tener hijos.
Cuando aceptó preguntas de los periodistas, enfrentó directamente los rumores que vinculaban a Accardi sentimentalmente con Andrés Gil, actual pareja de Cande Vetrano. “Es fuerte escuchar eso, porque no… es una verga que pase esto, perdón la palabra. Pero no… por eso ella salió a hablar. Andrés está en la obra, se van de gira, la gira sigue, él tiene un bebé muy chiquito… Eso, no mucho más”, dijo tajante, descartando la versión.
Finalmente, Vázquez cerró cualquier especulación sobre un eventual regreso con Accardi. Recalcó que la separación no fue producto exclusivo de la infidelidad, sino el desenlace natural de un desgaste de años: “Hoy no, nos estamos divorciando, es la verdad. Siento que es lo más sano. No es que por esto que pasó nos separamos, esto fue consecuencia de un año de pelearla, de hacer terapia… Es entendible, es lo que les pasa a la mayoría de los seres humanos. Y tenemos que entenderlo y no juzgarlo”.
Con esas palabras, el actor buscó poner punto final al capítulo mediático de una historia de amor de 18 años que, pese a su final, definió como intensa, valiosa y marcada por el afecto mutuo.