La ciudad de Río de Janeiro se transformó en un escenario de celebración sin igual al recibir a Lady Gaga para un concierto gratuito y masivo en la icónica playa de Copacabana. El evento fue concebido como un espectáculo histórico, sin precedentes en la región, y organizado para rendir homenaje a una de las mayores figuras del pop mundial. Los habitantes de la ciudad y miles de visitantes se volcaron al litoral para vivir una noche inolvidable, en la que la diva desplegó todo su talento con una puesta en escena descomunal.
La presentación comenzó pasadas las 22:10, cuando una introducción audiovisual proyectada en enormes pantallas rodeando el escenario anunció el comienzo del show. Con la frase “Esto es un manifiesto de caos”, correspondiente al fragmento titulado The Art of Personal Chaos, se dio inicio a una entrada cargada de dramatismo. Minutos más tarde, Lady Gaga emergió sobre el gigantesco escenario instalado directamente sobre la arena de la playa, frente a una audiencia estimada —aunque aún sin cifras oficiales— en alrededor de 1,6 millones de personas, lo que convierte al evento en el más grande de su carrera.
Vestida con un llamativo atuendo rojo, Gaga arrancó el show junto a un gran elenco de bailarines y con una escenografía envolvente. Temas como “Bloody Mary” y “Abracadabra” marcaron el inicio de un recital que generó una respuesta fervorosa del público, que celebró cada momento con entusiasmo. Desde diversas regiones de Brasil y países vecinos, cientos de seguidores viajaron exclusivamente para no perderse esta cita. En respuesta al flujo masivo de personas, las autoridades locales desplegaron un operativo de seguridad que incluyó a 5000 efectivos policiales. Según los medios brasileños, se implementaron estrictas revisiones al ingreso con el objetivo de evitar el ingreso de objetos peligrosos como botellas de vidrio o armas blancas.
El espectáculo formó parte del programa Todo Mundo no Rio, una iniciativa impulsada por la alcaldía de Río de Janeiro y la productora Bonus Track. Eduardo Paes, jefe del gobierno municipal, defendió con entusiasmo la inversión pública en este tipo de eventos. “¿Voy a gastar dinero público en Lady Gaga? Sí. Con Madonna también lo hice. ¿Por qué? Porque llena todos los hoteles, llena todos los restaurantes”, afirmó días atrás. Las autoridades estimaron que la visita de la artista generó un impacto económico de unos 60 millones de dólares en la ciudad, cifra que incluso podría superar lo recaudado durante la visita de Madonna a principios de año.
El fenómeno también se reflejó en el incremento de la actividad aérea. La aerolínea Latam informó que entre el 30 de abril y el 5 de mayo aumentó en un 25% la frecuencia de vuelos hacia los aeropuertos de Galeão y Santos Dumont, lo que representó 320 vuelos adicionales y una oferta extra de 52.000 asientos. Del mismo modo, la empresa Gol añadió 60 vuelos más entre las principales capitales brasileñas y Galeão en ese mismo período. Azul Linhas Aéreas Brasileiras también reforzó su operación: se registraron 482 vuelos hacia y desde los aeropuertos de Río de Janeiro, con 230 despegues y aterrizajes en Galeão y 252 en Santos Dumont, lo que implicó una disponibilidad superior a los 30.000 asientos.
Así, la presencia de Lady Gaga no solo desató una fiesta musical sin parangón, sino que impulsó la economía local, potenció el turismo y consolidó a Río como una plaza central para grandes eventos internacionales. La ciudad vivió una noche histórica que combinó cultura, emoción y una impresionante movilización popular.
