Lourdes Ciccarone, una de las participantes más esperadas de Gran Hermano, había estado esperando con ansias su momento de «Congelados». Desde que ingresó a la casa el 2 de diciembre, el aislamiento la había angustiado profundamente, y lo que más deseaba era recibir la visita de su madre o su novio, Lisandro.
Finalmente, su madre fue quien ingresó a la casa y, al verla, Lourdes no pudo evitar emocionarse y llorar. «Estoy tan feliz», le expresó su madre, mientras la abrazaba y besaba, transmitiéndole toda su alegría. Además, le entregó una caja de chocolates, diciéndole que su «amor» había sido quien los había preparado, refiriéndose a Lisandro, la pareja de Lourdes.
A lo largo de este emotivo encuentro, la madre de Lourdes le repetía una y otra vez que toda la familia la apoyaba y que la seguían cada día a través del programa. Trataba de brindarle calma, asegurándole que sus seres queridos estaban bien y que también sus amigos se encontraban en buen estado.
