Este domingo, María Julia Oliván reapareció públicamente a través de un video difundido en las plataformas de BorderPeriodismo —el medio digital y canal de streaming que dirige— para contar en primera persona el grave accidente doméstico que sufrió días atrás, en el que terminó con quemaduras en el 25% de su cuerpo. Desde una cama del Hospital Alemán, donde permanece internada, la periodista detalló los hechos que derivaron en el siniestro mientras intentaba encender una estufa de etanol, y también compartió una reflexión sobre la experiencia.
“Me pasó algo muy extraño, casi surrealista”, comenzó Oliván, aludiendo a la mezcla de emociones que —según sus palabras— podría generar su situación: tristeza en sus numerosos seguidores y, quizás, algo de satisfacción en sus detractores más persistentes. «Sé que algunos se pondrán mal, pero también sé que a ese grupito reducido que me desea cosas feas, esto les dará cierta alegría», dijo con ironía desde la habitación del sanatorio.
La comunicadora explicó que el accidente ocurrió en las oficinas de BorderPeriodismo, donde se encontraba trabajando. Relató que, al llegar, sentía mucho frío, por lo que decidió encender una chimenea portátil que funciona con bioetanol. Sin embargo, lo que parecía un acto cotidiano se transformó en una emergencia en cuestión de segundos. “Fui echando etanol sobre la estufa una y otra vez hasta que, de repente, una llamarada me envolvió y me prendí fuego”, describió, mostrando sus brazos cubiertos por vendajes.
En ese momento crítico, fue clave la presencia de Valentina Bonadeo —hija del reconocido periodista Gonzalo Bonadeo— quien trabaja con ella y actuó con rapidez. «Me gritó que me sacara la ropa, y gracias a eso logré evitar algo peor. Me quité las prendas en llamas, subí como pude al piso de arriba y me metí bajo la ducha», recordó Oliván, reconociendo el rol salvador de su compañera.
A raíz del incidente, el estreno de la obra «Catarsis de Mamis», en cuya producción trabajaba Valentina, tendrá que ser reprogramado. El accidente de Oliván obligó a modificar todos los planes previstos para las próximas semanas.
Según relató, aunque una patrulla municipal se presentó rápidamente en el lugar, la ambulancia tardó en llegar, y luego se demoró aún más el traslado a una unidad hospitalaria. “Fue una eternidad, una espera angustiante. Estaba ahí, con el cuerpo en carne viva, temblando de dolor”, señaló.
Sobre la gravedad de sus heridas, Oliván precisó que las llamas alcanzaron su boca, parte del mentón, e incluso dañaron algo de su cabello. Sin embargo, aseguró que logró “salvar la cara”, aunque tiene comprometidas zonas extensas de su pierna y un brazo. Actualmente, permanece internada y ya atravesó una primera intervención quirúrgica destinada a retirar las ampollas generadas por las quemaduras. En los próximos días se someterá a un nuevo procedimiento, del cual no quiso dar demasiados detalles.
La recuperación no está siendo fácil. Oliván comentó que el nivel de dolor es tan elevado que el equipo médico debió recurrir a tratamientos con analgésicos potentes como morfina y fentanilo. “Estoy dopada, con muchas drogas para aliviar esto que es espantoso”, comentó, mostrando en cámara los tubos conectados a su brazo.
A pesar de todo, la periodista se mostró agradecida con quienes ya habían adquirido entradas para su unipersonal, un espectáculo íntimo en el que comparte su historia de vida y su experiencia como madre de un niño con autismo, su hijo Antonio.
Finalmente, Oliván concluyó su mensaje con una reflexión que, en medio de la adversidad, revela su espíritu de lucha. “Esta es una prueba más. Caer, levantarse, volver a caer y volver a intentarlo… La resiliencia que venimos ejercitando desde hace años ahora se pone a prueba de nuevo, pero esta vez desde el cuerpo”, expresó, dejando entrever que, pese a la gravedad del accidente, está decidida a salir adelante una vez más.