Ricardo Darín contestó a las declaraciones de Julio Chávez: «Tufillo a ironía…»

Ricardo Darín y Julio Chávez se han consolidado con el paso del tiempo como dos figuras destacadas en el ámbito actoral argentino. A pesar de compartir el mismo rubro, la relación entre ellos nunca trascendió lo meramente profesional. Recientemente, en una entrevista con Tatiana Schapiro publicada en Infobae, Chávez se refirió a Darín, dejando en claro que no mantienen un vínculo cercano. Poco después, Darín ofreció su punto de vista en un móvil del programa Intrusos (América TV), en el que respondió con elegancia y cierta sorpresa ante los dichos de su colega.

Durante la charla con Schapiro, se le pidió a Julio Chávez que mencionara a qué colega le envidiaría alguna virtud. Sin dudar, respondió: “A Ricardo Darín, el talento de sociabilidad que tiene. El otro día lo estaba escuchando, y pensaba qué gran conocedor que es. Seguramente es uno de los motivos por los que se ha expandido tanto; además de sus condiciones, pero su inteligencia social es algo que yo no tengo». Con esas palabras, el protagonista de La Ballena admiró el carisma de Darín, aunque luego remarcó que su vínculo con él es casi inexistente: “No lo conozco. No tenemos vínculo, solo cuando éramos muy pequeños los dos hicimos una telenovela juntos. A mí me echaron de esa telenovela por mal actor, y él empezó a armar una increíble carrera. Yo soy un pésimo jugador en lo social, soy otro tipo de jugador, y por eso cuando lo veo o lo escucho, le envidio eso“.

Esta reflexión, aunque no necesariamente ofensiva, no pasó desapercibida. Ricardo Darín, conocido por evitar controversias y mantener un perfil discreto, eligió esta vez hacer una excepción para dar su versión de los hechos. “Trato de no meterme demasiado en cosas, pero esto está un poquitito fuera de control, está medio desmadrado, es mucho, es mucho”, expresó con un dejo de incomodidad.

Consultado puntualmente sobre las declaraciones de Chávez, Darín aclaró: “Yo no tengo ningún dime ni direte con él, lo único que hago es hablar maravillas de él. No sé qué le pasó, no solo yo, nadie lo sabe. Escuché lo que dijo, tiene un tufillo a cierta ironía, pero la verdad que tampoco se lo puede acusar de despectivo porque se supone que es un elogio o un halago”.

Lejos de dejar el tema ahí, Darín profundizó en su análisis de lo dicho por su colega, reconociendo que, si bien podría interpretarse con cierta doble intención, él no guarda rencores. “Los más malos, como vos y yo, podemos inferir que se trata de una ironía, pero la verdad es que yo no tengo absolutamente nada contra él. Es raro que diga ‘No lo conozco’, yo lo conozco hace 50 años, me acuerdo bien de él“, afirmó con tono pausado pero firme.

El periodista de Intrusos, buscando indagar más, le preguntó si consideraba que las declaraciones de Chávez podían interpretarse como un intento por disminuir el valor de su trayectoria. La respuesta de Darín fue clara y serena: “No sé si es ese el objetivo, no creo sea ese el objetivo, no creo que quiera bajarme el precio, tampoco está en sus posibilidades hacer eso, no sé por qué lo haría».

Al sugerirse desde el móvil la posibilidad de que existiera un sentimiento de celos por parte de Chávez, Darín también rechazó esa idea de forma categórica: “No tiene por qué tenerme envidia, si le va bárbaro, toda la vida le fue muy bien, no creo que sea eso, no creo que sea maldad”. Aunque tampoco descartó del todo otras lecturas: si se tratara de un acto de picardía, dijo, no le molestaría: “Bienvenido al terreno de las personas que utilizan la picardía, la ironía, la inteligencia social”.

De manera sugestiva, Darín cerró su intervención utilizando el mismo concepto que Chávez había utilizado para elogiarlo: la inteligencia social. Esta coincidencia, intencionada o no, subraya el trasfondo irónico de una interacción que muchos perciben como un cruce sutil más que como una disputa abierta.

El intercambio ocurre en un momento de gran exposición para Darín, quien se encuentra en plena promoción de El Eternauta, una serie basada en la historieta de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López, que rápidamente se convirtió en un fenómeno en Netflix, posicionándose entre los contenidos más vistos de la plataforma.