El reencuentro entre Mauro Icardi y Wanda Nara en Buenos Aires estuvo rodeado de una gran carga de tensión y dio lugar a una serie de incidentes que no pasaron desapercibidos. El futbolista, quien actualmente milita en el Galatasaray, arribó al exclusivo edificio Chateau Libertador, donde reside su expareja, a raíz de un fallo judicial vinculado a un asunto familiar.
El arribo de Icardi se produjo en una camioneta blanca y no pasó inadvertido para la prensa, que se encontraba en las inmediaciones del edificio. Sin embargo, el jugador decidió no hacer declaraciones y mantuvo una actitud hermética ante los medios que intentaban obtener algún testimonio.
Según información revelada en el programa LAM, la situación comenzó a escalar en la tarde, luego de que Icardi regresara de Europa en la noche anterior. En su viaje habría estado acompañado por la actriz Eugenia “China” Suárez, lo que podría haber sido un factor adicional en la conflictiva reunión con Wanda Nara.
Al ingresar al edificio y dirigirse al departamento de la conductora, la reacción de Wanda no se hizo esperar. Testigos presenciales aseguraron que la empresaria, al verlo aparecer, comenzó a gritar, generando un clima de tensión en el lugar. La situación habría sido lo suficientemente intensa como para llamar la atención de otros residentes del edificio y de la seguridad del complejo, quienes habrían presenciado el tenso intercambio.
La visita de Icardi a la residencia de Wanda no solo se produjo en un contexto de disputas familiares, sino que también se sumó al historial de desencuentros que han protagonizado en los últimos años, marcados por escándalos mediáticos y conflictos personales.
