En el marco del entusiasmo general por la reciente elección de Robert Francis Prevost como nuevo pontífice bajo el nombre de León XIV, resurgió una antigua entrevista en la que el ahora Papa compartía aspectos íntimos de su vida, revelando sus gustos personales, sus pasatiempos y, en particular, su afición por el tenis. Este detalle ha captado la atención especialmente en estos días, dado que mientras se llevaba a cabo el cónclave que lo consagró como sucesor de Francisco, también se desarrollaba el prestigioso Masters 1000 de Roma, en el reconocido Foro Itálico. El torneo, que comenzó el miércoles 7 de mayo y se extenderá hasta el domingo 18 del mismo mes, tiene lugar justo antes del esperado segundo Grand Slam del año: Roland Garros.

Pero ¿por qué esta coincidencia despierta tanto interés? La razón se encuentra en una declaración del propio León XIV, quien en diálogo con medios vinculados a la Orden Agustiniana, confesó su vínculo con este deporte: “Me considero un tenista aficionado. Desde que salí de Perú he tenido pocas ocasiones de practicarlo, así que tengo muchas ganas de volver a la pista. Aunque mi nuevo trabajo no me ha dejado mucho tiempo libre para ello hasta ahora”, expresó con honestidad, reflejando cómo sus nuevas responsabilidades han limitado la práctica de una de sus grandes pasiones.
En la misma conversación, el pontífice ofreció un retrato más amplio de cómo prefiere emplear su tiempo libre, destacando actividades que le permiten conectar tanto con la naturaleza como con otras personas: “Me gusta mucho leer, dar largos paseos, viajar, conocer sitios nuevos y disfrutar del campo en un entorno diferente. Disfruto relajándome con amigos y conociendo a gente tan variopinta de cuyos dones aprendo y aprecio sobremanera”, señaló. En ese sentido, también subrayó el valor que tiene para él la vida en comunidad, una característica fundamental de su formación agustiniana: “¿La verdad? Como agustino, tener una comunidad rica, que se construya sobre esa capacidad de compartir lo que nos acontece con los demás, de estar abierto al otro, ha sido uno de los grandes regalos que me han sido dados en esta vida”, expresó con emoción.
Pero más allá de sus pasiones personales y su apertura al diálogo, León XIV también ha sido reconocido por adoptar posiciones firmes frente a temas delicados de la actualidad. Una de sus posturas más notorias ha sido la crítica directa a los gobiernos de Donald Trump en Estados Unidos y de Nayib Bukele en El Salvador, especialmente por sus políticas hacia los inmigrantes. Esta actitud crítica se evidencia en una publicación en su cuenta de X (@Robert Prévost), donde compartió un mensaje del usuario @roccopalmo que denunciaba con fuerza las decisiones de ambos mandatarios en relación con personas indocumentadas. En el texto, se lee: «Mientras Trump y Bukele usan Oval para denunciar la deportación ilegal de un residente estadounidense por parte de los federales, el ex salvadoreño indocumentado, ahora asistente del DC, Evelio, pregunta: ‘¿No ven el sufrimiento? ¿No les preocupa su conciencia? ¿Cómo pueden callarse?'».
La publicación hace referencia directa al caso de Kilmar Abrego García, un ciudadano salvadoreño que fue deportado por error desde los Estados Unidos. La Corte Suprema estadounidense dictaminó que la administración de Trump debía garantizar el retorno del hombre desde una cárcel de alta notoriedad en El Salvador, desestimando la versión oficial de la Casa Blanca, que alegaba no haber podido repatriarlo tras la equivocación.
Así, entre detalles de su vida personal, su aprecio por el deporte y la naturaleza, y sus posiciones firmes en temas de justicia social, León XIV empieza a delinear su perfil como nuevo Papa, combinando la calidez humana con el compromiso político y espiritual que marcará su pontificado.
