Lo que comenzó como una velada tranquila en la ciudad de Madrid se convirtió en una experiencia sumamente traumática para cuatro turistas argentinos. El episodio ocurrió la noche del martes, cuando un grupo compuesto por dos mujeres oriundas de Banfield y una pareja proveniente de Tucumán fue blanco de una agresión verbal y física en el interior de un bar céntrico. El conflicto se originó, de acuerdo con el testimonio de los afectados, cuando el personal del local decidió desalojarlos para hacer lugar a una pareja de clientes mexicanos. Esta medida desató un violento enfrentamiento que culminó con gritos, empujones y acusaciones discriminatorias.
Los hechos se desarrollaron en el Toni Piano Bar, un establecimiento madrileño que se caracteriza por su atmósfera íntima y un piano de cola que protagoniza el centro del salón, donde los visitantes se reúnen a cantar al estilo karaoke. Ana Laura Varela, una de las argentinas involucradas, relató a TN que ella y su pareja habían viajado especialmente desde Granada para conocer el lugar. Mientras hacían la fila en la entrada del bar, entablaron una conversación amena con otra pareja de turistas del norte argentino, con quienes decidieron compartir la mesa.
Según el relato de Varela, el local presentaba una elevada concurrencia de ciudadanos mexicanos. “Hicimos la fila para estar en una buena ubicación porque el lugar es reducido. Adentro había un 85% de mexicanos”, explicó. Todo transcurría con normalidad hasta aproximadamente la 1 de la madrugada, cuando una pareja mexicana adquirió una botella de whisky y expresó su intención de sentarse cerca del piano, lo que provocó que los empleados del bar exigieran a los argentinos que abandonaran sus asientos.
La situación escaló rápidamente cuando el personal comenzó a presionarlos para que se retiraran, argumentando que el bar estaba lleno y debían ceder su espacio. Los empujones no tardaron en llegar y, en medio de la tensión, se escucharon gritos cargados de desprecio. “Sois argentinos, sois animales”, fue la frase que vociferaron los mozos mientras obligaban a los turistas a retirarse del local por la fuerza.
Varela, al darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, comenzó a registrar los hechos con su teléfono móvil. En uno de los videos que más tarde se viralizó en redes sociales, se la escucha decir: “Este muchacho nos está echando, pagamos una entrada y estamos consumiendo. Nos están echando del lugar”. El mozo reaccionó violentamente ante la grabación: “A mí no me puedes grabar”, le espetó antes de intentar apartar el celular de un manotazo.
En ese momento, uno de los tucumanos fue sujetado del brazo y empujado hacia la salida. A medida que la tensión crecía, Varela y su pareja se veían cada vez más desconcertadas. “Están todos locos, ¿qué les pasa?”, exclamaban, sorprendidas por el trato que estaban recibiendo. El escándalo se trasladó a la vereda, donde continuaron los gritos e insultos. Un miembro de la seguridad del local intervino también con palabras ofensivas hacia el grupo: “Os comportáis fatal. Os habéis comportado como unos animales. Argentinos comportáis como animales siempre. Son unos maleducados, faltaron el respeto a todo el mundo”, denunció el patovica, culpabilizándolos por completo.
La noche terminó con un profundo sentimiento de humillación y desprotección. Varela contó que la pareja tucumana quedó visiblemente afectada por la agresión. “El muchacho estaba muy mal, estaba como descompensado. La chica temblaba y decía que no podía creer lo que había pasado. Nos quedamos muy paralizados”, expresó al rememorar el momento. A pesar del shock, ninguna de las víctimas realizó una denuncia formal al instante, aunque admitieron haber recibido sugerencias para hacerlo más adelante: “No sabíamos qué hacer, si llamar a la policía o no, porque nunca vivimos una situación así. No hicimos ninguna denuncia todavía, pero nos aconsejaron que la hagamos por lo menos para advertir al boliche”.
Además del evidente maltrato, la turista bonaerense no descartó que el trasfondo del incidente incluyera una doble discriminación, tanto por su nacionalidad como por su orientación sexual. “Me sentí completamente discriminada. Nos llamó la atención, se ve que es un ambiente de gente mexicana. No me quiero imaginar que tuvo que ver nuestra condición sexual mirada desde los ojos de un mexicano machista. Ya no sé qué pensar”, reflexionó con dolor.