El presidente Javier Milei protagonizó un episodio llamativo durante su disertación en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington, cuando se vio obligado a interrumpir su discurso debido a la insistente interrupción de su teléfono móvil. El aparato, que estaba siendo utilizado por uno de sus asesores para transmitir el evento en vivo, comenzó a sonar repetidamente, lo que provocó la molestia del mandatario.
Mientras desarrollaba su exposición titulada El modelo económico argentino, Milei notó el sonido constante y, con una sonrisa inicial, preguntó si se trataba de su propio celular. Al recibir la confirmación de que el timbre era intencional y formaba parte de una interrupción deliberada, el presidente reaccionó con enojo, calificando de «imbécil mal nacido» a la persona responsable de la llamada.
El auditorio reaccionó con risas y aplausos ante la escena, lo que llevó a Milei a recordar un episodio previo durante el debate presidencial contra Sergio Massa, cuando denunció la presencia de «tosedores» que, según él, buscaban sabotear su presentación. Siguiendo la misma línea, ironizó sobre aquellos que intentan interferir en su oratoria, sugiriendo que algunos podrían ser calificados como «cabeza de pulpo», haciendo referencia a una metáfora despectiva.
Un patrón de intolerancia a las interrupciones
No es la primera vez que Milei manifiesta públicamente su irritabilidad frente a interrupciones durante sus intervenciones. En el pasado, ya había expresado su malestar en entrevistas en vivo cuando ruidos externos o distracciones alteraban su concentración. Para el presidente, estos incidentes forman parte de una estrategia deliberada de sus opositores para desestabilizar sus discursos.
Afortunadamente para él, su equipo logró silenciar el teléfono y permitió que la disertación continuara sin más incidentes.
Crítica a la justicia social y su visión sobre la economía
Más allá del incómodo episodio con su celular, Milei aprovechó su intervención en el BID para exponer su perspectiva sobre el estado de la economía argentina. En su discurso, reafirmó su postura contra la justicia social, calificándola como una «aberración» tanto desde el punto de vista moral como económico.
El mandatario describió la situación económica del país como un desastre al momento de asumir el poder. Aseguró que su administración optó por un «sinceramiento» de la realidad, lo que, según él, permitió restablecer la oferta de productos en el mercado. Además, sostuvo que Argentina presentaba un índice de pobreza del 57% en enero de 2024 y que la inflación superaba el 1% diario en el período previo a su gestión.
En este sentido, Milei responsabilizó al modelo político tradicional de la crisis económica argentina, argumentando que las ideas socialistas sobre la ampliación de derechos en función de las necesidades de la sociedad eran erróneas y contraproducentes. Enfatizó que la «casta política» había impulsado estas ideas con resultados negativos para el país.
Un evento exclusivo con el respaldo del BID
El discurso de Milei en el BID marcó el inicio de su agenda en Washington, donde también sostuvo reuniones con la directora del FMI, Kristalina Georgieva, y el empresario Elon Musk. En esta ocasión, el mandatario estuvo acompañado por su hermana y secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, el ministro de Economía, Luis Caputo, el canciller Gerardo Werthein y el vocero presidencial, Manuel Adorni.
Previo a su exposición, el titular del BID, Ilan Goldfajn, presentó a Milei con palabras elogiosas frente a un grupo selecto de asistentes. El evento se llevó a cabo a puertas cerradas a pedido del gobierno argentino, lo que permitió al presidente exponer sus ideas sin la presencia de la prensa.
Así, entre incidentes inesperados y declaraciones contundentes, Milei dejó en claro una vez más su postura sobre la economía y su rechazo al modelo político que, según él, llevó a Argentina a la crisis actual.