Una mujer argentina fue víctima de un violento ataque en Bermejo, una localidad situada en el sur de Bolivia, tras ser señalada de formar parte de una banda dedicada al robo, que habría sustraído más de cinco millones de pesos a comerciantes locales. Este incidente tuvo lugar a pocos kilómetros de Aguas Blancas, en la provincia argentina de Salta. Durante el suceso, la mujer fue despojada de su ropa, rapada con tijeras y amenazada con ser incendiada.
Testigos y comerciantes de la zona captaron en video las escenas de la agresión, que se viralizaron rápidamente en las redes sociales. Según medios bolivianos, la mujer, originaria de Tucumán, fue acusada de pertenecer a una organización que realiza robos en ese paso fronterizo, utilizando principalmente la modalidad conocida como «pasa manos». De acuerdo con la denuncia de una comerciante afectada, varias personas ingresaron a su local haciéndose pasar por clientes y robaron un bolso con dinero. El botín fue pasado rápidamente de mano en mano, desapareciendo entre la multitud con una logística planeada. Los responsables lograron dispersarse, pero poco tiempo después identificaron a la sospechosa en las afueras de Bermejo.
Los comerciantes del sector llamado La Petrolera, previamente alertados sobre estos hechos, confrontaron a la mujer al reconocerla como una de las presuntas responsables del hurto. Inicialmente la increparon verbalmente, pero luego comenzaron a agredirla físicamente, cortándole el cabello con cuchillos y tijeras improvisadas mientras la insultaban. La multitud que la rodeaba fue creciendo, hasta que la desnudaron casi por completo y la arrastraron por la calle frente a todos los presentes. Algunos comerciantes incluso le gritaban que la quemaran con nafta, amenazándola de prenderle fuego.
A pesar de la presencia policial en el lugar, los agentes no intervinieron de inmediato; incluso se observa en las grabaciones que les pidieron no proteger a la mujer. Finalmente, cuando ella ya estaba gravemente herida y con múltiples magulladuras, la policía decidió actuar y la trasladaron a una comisaría de Bermejo. Ahora la mujer está bajo la custodia de la Justicia boliviana, que deberá determinar su situación legal en las próximas horas. Fuentes judiciales consultadas por el diario Tribuno de Salta indicaron que existen otras denuncias en su contra por robos similares presentadas por otros trabajadores.
Respecto a cómo sigue la situación, la víctima del robo habló con la radio Studio 89, expresando su frustración por la desigualdad que percibe en estos casos: señaló que la acusada contará con tres abogados (uno de oficio, otro proporcionado por el Consulado argentino y un representante de Derechos Humanos), mientras ella debe costear un abogado particular. Por otro lado, familiares de la detenida denunciaron que la mujer fue sometida a torturas y reclamaron que se castigue a los responsables de la violencia. Además, solicitaron garantías para su integridad física y que se respete el debido proceso, sin importar las acusaciones que enfrenta.
Tras la difusión del caso, el Consulado argentino en Bolivia intervino en la situación. Paralelamente, la Justicia argentina está investigando la posible vinculación de la detenida con una banda tucumana, conocida como el clan «Fadel», que supuestamente opera con frecuencia mediante esta modalidad delictiva en Bolivia, cometiendo robos y regresando a Argentina con impunidad. Incluso se sospecha que este grupo podría estar involucrado en el tráfico de drogas.
