El alcalde de un pequeño pueblo mexicano del estado de Oaxaca en México, Víctor Hugo Sosa, cumplió con una antigua tradición indígena y se casó con un reptil hembra, que fue vestido de novia.
Los preparativos de la ceremonia son los mismos que para una boda común y hasta concluyó con un beso entre el funcionario y animal de 7 años de edad, llamado «Princesita». Además, fue llevada por los lugareños por las calles del pueblo mientras los hombres la avivaban con sus sombreros.

“Tenemos que cumplir con ciertos requisitos. Pedirle a la naturaleza que no nos falten las lluvias, los alimentos, que haya peces en el río. Que las cosas se pidan con ese amor para que Huamelulas no sufra”, explicó el alcalde de San Pedro Huamelulas.
Sin embargo, este matrimonio no se debe a un capricho como tal o a una locura del político. El casamiento obedece a una antigua tradición que tiene sus orígenes en la época precolombina, en la que se honra a la naturaleza, con la esperanza de traer buena fortuna a su comunidad pesquera, que no falten lluvias, especialmente las cosechas sean abundantes y los peces se multipliquen en el río.
Luego de la boda, el caimán es entregado al alcalde, su esposo, y se espera que sea bien tratado y cuidado, ya que de esa forma la promesa a la madre naturaleza se mantiene.
