María Corina Machado, destacada líder opositora venezolana y ganadora del Premio Nobel de la Paz 2025, reapareció públicamente este jueves por la mañana en Oslo tras permanecer más de un año en la clandestinidad dentro de Venezuela. La primera aparición tuvo lugar en el balcón del hotel donde se hospeda, pocas horas después de la ceremonia de entrega del Nobel, que fue recibida simbólicamente por su hija debido a su ausencia física. Antes de salir a saludar a sus seguidores, Machado se reunió con su familia, mostrando un momento de intimidad tras meses de aislamiento.
Machado no había sido vista en público desde enero de este año, cuando participó en una protesta en Caracas; desde agosto de 2024 vivía oculta tras denunciar fraude en las elecciones venezolanas de julio. Su llegada a Oslo fue secreta y cuidadosamente organizada: según reportes de medios estadounidenses, escapó de Venezuela en lancha hacia Curazao y luego viajó en avión privado hacia Noruega, coordinada por su equipo de seguridad.
Al salir al balcón, pasadas las 2:20 de la madrugada noruega, la Nobel fue recibida por miles de personas que la ovacionaron y corearon “libertad” mientras sonaba el himno venezolano. Conmovida, Machado se acercó a la multitud, se saltó las barreras de seguridad para estrechar manos, recorrer pasillos y saludar a los asistentes. Durante la jornada, su hija Ana Corina Sosa Machado también salió al balcón para interactuar con los seguidores, generando un ambiente de emoción y expectativa hasta la llegada de la líder opositora.

La ceremonia del Nobel, celebrada en el Ayuntamiento de Oslo, se realizó sin la presencia de Machado, aunque su retrato presidió el evento. Su hija recibió la medalla y pronunció el discurso en nombre de la galardonada, enfatizando que el premio simboliza la lucha por la democracia y la libertad en Venezuela, y que la causa trasciende fronteras. La familia de Machado expresó profunda emoción, con lágrimas de alegría y esperanza por la recuperación de la libertad de su madre.
Machado ha enfrentado una persecución política intensa: ganó las primarias opositoras de 2023, pero se le impidió competir en las presidenciales, y tras la detención de su equipo en 2024 se vio obligada a esconderse. A lo largo de su discurso, reflexionó sobre la fragilidad institucional de Venezuela y el deterioro democrático bajo la administración de Maduro, recordando que la lucha por la libertad requiere constancia y valentía.
Su reconocimiento con el Premio Nobel llega en un contexto de alta tensión política en Venezuela, con acusaciones de Maduro hacia Estados Unidos y Donald Trump, así como alertas de posibles estrategias de resistencia de las Fuerzas Armadas ante un eventual conflicto. La aparición de Machado en Oslo no solo marcó un hito personal, sino que también representó un acto de visibilidad política y esperanza para quienes luchan por la democracia en su país.
