El gobierno de Rusia decidió convocar a consultas al embajador argentino en Moscú, Enrique Ignacio Ferrer Vieyra, como respuesta a las recientes declaraciones de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sobre presuntos casos de espionaje. Estas acusaciones surgieron la semana pasada en relación con la difusión de audios que involucraban al ex jefe de la ANDIS, Diego Spagnuolo, y a la secretaria de la Presidencia, Karina Milei. Las autoridades rusas, bajo el liderazgo de Vladimir Putin, rechazaron de manera categórica las imputaciones formuladas por Bullrich, señalando que tales comentarios «no contribuyen a mantener la relación de amistad entre ambos países», según informó la agencia Tass.

El comunicado oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso detalla que, el 8 de septiembre, el embajador argentino fue convocado para ser notificado sobre la postura de Moscú respecto a las declaraciones de la ministra. Se le comunicó que las afirmaciones sobre la supuesta intervención de la Federación Rusa en escuchas telefónicas dentro del palacio presidencial argentino para desestabilizar políticamente al país no tenían sustento y carecían de evidencia.
Además, el ministerio ruso subrayó que estas acusaciones carecen de fundamento y recordó la existencia de un acuerdo bilateral vigente que establece un protocolo específico para situaciones de este tipo, el cual, según Rusia, no se respetó en esta ocasión. Por último, las autoridades rusas manifestaron su expectativa de recibir explicaciones detalladas y completas por parte del gobierno argentino para aclarar la situación y restablecer la normalidad en la relación diplomática.