El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, aclaró sus recientes declaraciones sobre la necesidad de “sacar a China de Argentina”, luego de que éstas provocaran un fuerte malestar diplomático y una respuesta oficial por parte de la embajada china en Buenos Aires. Según explicó, su comentario no apuntaba al swap ni a los vínculos económicos entre ambos países, sino exclusivamente a la presencia militar y de infraestructura estratégica del gigante asiático en territorio argentino.
Bessent participó el martes en la reunión entre Donald Trump y Javier Milei en la Casa Blanca, un encuentro en el que también se abordaron cuestiones económicas y de política internacional. Durante la conferencia posterior, varios periodistas consultaron sobre el acuerdo de intercambio de monedas vigente entre Argentina y China, y el alcance real de las declaraciones del funcionario estadounidense.
Trump, al ser interpelado sobre el tema, expresó una postura tajante respecto de la influencia china en la región:
“No me gusta que hagan muchos negocios. Pueden comerciar un poco, pero ciertamente no deberían hacer mucho más que eso. Desde luego, no deberían hacer nada relacionado con el área militar con China. Y si eso es lo que pasa, me molestaría mucho”,
advirtió el mandatario norteamericano, dejando clara su preocupación por los vínculos estratégicos entre Buenos Aires y Pekín.
Frente a la controversia, Bessent negó que el apoyo financiero estadounidense esté condicionado al cierre del swap con China, y precisó que su referencia había sido malinterpretada.
“La asistencia estadounidense no depende de cerrar el swap con China. Cualquier información en ese sentido es incorrecta. Me refería más a los puertos, bases militares e instalaciones de observación que se han creado en Argentina, más que al swap”,
aclaró el secretario del Tesoro, intentando bajar el tono de la polémica.
Sus declaraciones anteriores, realizadas en una entrevista con Fox News, habían generado tensión diplomática al sostener que Milei “se comprometió a sacar a China de la Argentina”, y al advertir que el país asiático “está por todas partes” en América Latina.
“No queremos otro estado fallido o liderado por China en la región”,
había afirmado entonces.
Estas palabras motivaron una respuesta inmediata de la Embajada de China en Argentina, que calificó los dichos como “provocadores” y los atribuyó a una “mentalidad de Guerra Fría” todavía presente en ciertos sectores de la política estadounidense.
“Reflejan una visión arraigada en los tiempos de la Guerra Fría, que sigue caracterizando a algunos funcionarios de Estados Unidos, quienes actúan movidos por el ánimo de la confrontación y el intervencionismo en los asuntos internos de países soberanos”,
manifestó la representación diplomática china en un comunicado oficial.