Un evento inusual tuvo lugar en la Amazonía brasileña cuando un joven perteneciente a una tribu indígena aislada se acercó a una comunidad ribereña, según informaron este jueves la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) y testigos locales. El encuentro ocurrió alrededor de las siete de la tarde del miércoles en Bela Rosa, una comunidad ubicada a orillas del río Purus, en el suroeste de la Amazonía. El joven, descalzo y vestido únicamente con un pequeño taparrabos, se mostró tranquilo y en aparente buen estado de salud mientras sostenía y agitaba dos palos de madera, según relató un residente local a The Associated Press bajo condición de anonimato. El testigo explicó que FUNAI había pedido a los habitantes de la comunidad que no hablaran públicamente sobre el incidente.
Los residentes creen que el joven indígena se acercó para pedir fuego, una hipótesis respaldada por un video grabado con un teléfono móvil que capturó el momento. En las imágenes, se observa a un residente intentando, sin éxito, enseñarle al joven cómo usar un encendedor. Poco después del encuentro, funcionarios de FUNAI llegaron al lugar, le ofrecieron pescado al joven y lo trasladaron a una instalación cercana operada por la agencia. No se ha confirmado quién grabó el video, pero el material ha generado interés por tratarse de un raro contacto con un miembro de una tribu aislada.
En un comunicado emitido el jueves, FUNAI informó que un equipo en la zona está brindando “la atención necesaria” al joven y espera la llegada de un equipo médico para evaluar su estado de salud. Además, se esperaba que un miembro de la tribu Juma, cuya población se ha reducido a solo tres mujeres, llegara a la base el viernes para intentar establecer comunicación con el joven, dada la posible similitud lingüística o cultural entre ambos grupos.
Este encuentro marca un hito significativo, ya que, aunque en 2021 FUNAI había confirmado la existencia de un grupo indígena aislado en la región tras descubrir campamentos abandonados y otras evidencias, ninguno de sus miembros había sido visto hasta el miércoles. La zona donde se produjo el contacto, conocida como Mamoriá Grande, fue declarada prohibida para no indígenas en diciembre de 2024 debido a la presencia de estas tribus aisladas. Sin embargo, estas comunidades enfrentan amenazas constantes, como la apropiación ilegal de tierras y posibles conflictos con otras comunidades cercanas.
La Amazonía brasileña es hogar del mayor número de tribus no contactadas del mundo, y la política del país en relación con estos grupos se basa en evitar el contacto activo. En su lugar, Brasil establece áreas protegidas y vigiladas para garantizar la preservación de estas comunidades y su modo de vida. Este enfoque busca respetar su aislamiento voluntario y protegerlos de amenazas externas, como la deforestación, la minería ilegal y la expansión agrícola, que podrían poner en riesgo su supervivencia.
El reciente encuentro en Bela Rosa subraya la fragilidad de estas comunidades y la importancia de mantener políticas que protejan su existencia y su derecho a permanecer aisladas. Aunque el joven indígena fue atendido y trasladado a un lugar seguro, el incidente plantea preguntas sobre las circunstancias que lo llevaron a buscar contacto con el exterior y cómo las autoridades deben manejar estas situaciones sin comprometer la integridad de las tribus aisladas.