En la sexta audiencia del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, los médicos y peritos forenses brindaron imágenes y detalles reveladores sobre la autopsia del joven de 18 años, asesinado a golpes en la puerta de un boliche en Villa Gesell. «Nunca vi algo semejante», lamentó el especialista, Diego Duarte, al describir las «fuertes lesiones» de los rugbiers que le provocaron la muerte.

Tal como lo anticipó el abogado de la familia Báez, Fernando Burlando, la segunda semana del proceso legal comenzó con una audiencia clave para determinar la culpabilidad de los imputados. Esto se debe a la gran cantidad de información que sacaron a la luz los peritos y profesionales de la salud que atendieron a la víctima ese 18 de enero del 2020.
Por un lado, dejaron dos cosas claras: «Fernando no tenía posibilidad de sobrevida», ya que al momento de llegar la ambulancia «ya estaba fallecido, no tenía ningún signo vital», aseguró Silvana Garibaldi Larrosa (la médica ambulancista que lo atendió).
Mientras que también, Diego Duarte, el forense encargado de realizar la autopsia, garantizó que la muerte fue provocada por un «grave traumatismo cerrado de cráneo por múltiples golpes«, que fueron «muy fuertes» para provocar un «derrame cerebral» y lesiones internas, sin haber una fractura previa.

Autopsia de Fernando Báez Sosa: ¿Qué reveló el médico forense?
Durante la sexta audiencia, se exhibieron fuertes imágenes del cuerpo de Fernando sacadas durante la autopsia. Los padres de la víctima, Graciela y Silvino, ya se encontraban fuera de la sala, cuando el perito forense Diego Duarte comienza a narrar lo sucedido: «Las lesiones más importantes están en el cerebro», remarcó.
«No hay lesiones que hayan lastimado la parte ósea, los golpes que recibió fueron suficientes para dañar el cerebro«, explicó el especialista, en relación al «derrame cerebral». En este contexto, agregó que «se detectó mucho sangrado y mucho coagulo en cerebro, cerebelo y tronco encefálico, compatible con la aplicación de golpes».

Además, habló sobre la marca de una zapatilla que quedó registrada en la cabeza y el cuello del joven de 18 años y sostuvo que permaneció «por un traumatismo de alta energía, contra un cuerpo que ofrece resistencia», es decir, «está en el piso y al aplicar comprensión queda marcada», detalló.
«Nunca vi algo semejante. La verdad fue muy fuerte siendo padre…», manifestó Duarte, antes de romper en llanto, durante un doloroso relato en conferencia de prensa. Además, allí reafirmó que Fernando «tenía lesiones en el sistema nervioso central que eran incompatibles con la vida«.
Los rugbiers tenían marcas por la «fricción de un golpe de puño» en sus manos
Durante su testimonio, el forense que también atendió a algunos de los ocho acusados del asesinado de Fernando Báez Sosa, reveló que Matías Benicelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz «tenían escoriaciones, y el último una lesión contusa en el nudillo del tercer dedo«.
Cuando el abogado de la familia, Fernando Burlando, le consultó a qué se debían esas marcas, Diego Duarte respondió: «Son escoriaciones, raspones, que se producen por la fricción de un golpe de puño, un golpe tangencial sobre la piel. Eso hace una encamación en el tejido».
Esto mismo lo constato Patricia Gómez, la forense de la Policía Científica que revisó a los imputados Enzo Comelli, Máximo Thomsen y Luciano, Lucas y Ciro Pertossi. «Todos con lesiones leves», especificó. Mientras que la patóloga forense que evaluó el cuerpo de la víctima determinó que además de las «hemorragias cerebrales» sufrió «focos hemorrágicos en el hígado y en el pulmón».