Pablo Laurta, el ciudadano uruguayo detenido por el brutal doble femicidio de su expareja Luna Giardina y de su exsuegra en la provincia de Córdoba, no era un desconocido en el ámbito público: se presentaba como un referente del movimiento antifeminista a través de la página “Varones Unidos” y mantenía vínculos visibles con personalidades ligadas a la llamada “batalla cultural”. Entre ellas, figuraba el escritor y conferencista argentino Agustín Laje, quien, ante la difusión de imágenes y publicaciones que los mostraban juntos, emitió un comunicado en el que negó cualquier relación con el acusado, condenó el crimen y denunció que se intenta, según sus palabras, “ensuciar” su nombre.
A medida que la investigación judicial avanza y los medios revelan nuevos elementos, comenzaron a circular fotografías y videos que muestran a Laurta junto a Agustín Laje y a Nicolás Márquez, otro conocido exponente del espacio libertario conservador. En una de esas ocasiones, en 2016, el hoy acusado participó en la organización de un evento en el Palacio Legislativo de Uruguay, donde ambos escritores presentaron uno de sus libros. Dos años después, en 2018, un posteo en la cuenta de Instagram de “Varones Unidos” los exhibía compartiendo un almuerzo en un ambiente distendido.
Frente a la repercusión pública y las sospechas de cercanía con el femicida, Laje publicó un extenso comunicado en el que buscó despegarse completamente de Laurta, calificando el hecho de “horroroso crimen” y lamentando que se utilicen los trascendidos para dañarlo. En su descargo, manifestó: “Brindo conferencias en todo el continente, invitado por centenares de instituciones y personas. Pretender vincularme con cada uno de esos organizadores es un acto de mala fe que sólo busca ensuciar mi nombre”.
En esa misma línea, el escritor libertario agregó que “resulta lamentable que ciertos sectores del periodismo y la partidocracia pretendan aprovechar un crimen tan atroz para hacer política sucia”, sugiriendo que detrás de la difusión de estas vinculaciones existiría una intención de desprestigiarlo.
En su mensaje completo, difundido a través de sus redes sociales, Laje escribió: “Ante el horroroso crimen que habría cometido un ciudadano uruguayo de nombre Pablo Laurta, y consultas que he recibido al respecto, deseo aclarar que NO TENGO NINGÚN TIPO DE RELACIÓN CON ESTA PERSONA”.
A continuación, detalló: “En 2018, fui invitado —junto a otros conferencistas y con el aval de un congresista uruguayo— a participar en una actividad en el Palacio Legislativo de Uruguay, organizada por diversos grupos, entre ellos el mencionado sujeto. Jamás volví a verlo ni a saber de él”.
Para reforzar su defensa, insistió en que su agenda de conferencias lo lleva a recorrer gran parte del continente, lo que, según sostuvo, lo pone en contacto con una gran cantidad de organizadores y grupos. “Pretender vincularme con cada uno de esos organizadores es un acto de mala fe que sólo busca ensuciar mi nombre”, reiteró.
El comunicado concluyó con una condena enfática a los actos de violencia de género y un pedido de justicia ejemplar: “Condeno enérgicamente toda forma de violencia contra la mujer y deseo que haya justicia plena: que el culpable reciba la máxima pena y se pudra en la cárcel”.
De esta manera, mientras las autoridades continúan investigando los vínculos del acusado y reconstruyendo los hechos que culminaron en el doble femicidio, Laje se desmarcó públicamente del uruguayo, intentando evitar que las imágenes y registros de encuentros pasados se interpreten como una relación de cercanía o colaboración ideológica.