Tras el estremecedor hallazgo de los cuerpos de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Morena Gutiérrez en Florencio Varela, la violencia volvió a hacerse presente, esta vez con un hecho que generó aún más temor en los allegados de las víctimas. Según relató una vecina, la casa de un familiar directo de Lara Morena Gutiérrez fue atacada a balazos desde una moto, lo que encendió las alarmas en todo el barrio y motivó la intervención inmediata de la policía.
Lara Morena Gutiérrez.
El episodio fue narrado en vivo por el periodista Mariano Onega durante una cobertura para Argenzuela, en C5N, donde transmitió el relato de una testigo que presenció la desesperación de los familiares. “Salió gritando junto a la madre de una de las chicas y nos dijo que tirotearon la casa. Pidieron auxilio a la Policía”, describió Onega, señalando que la vivienda en cuestión era la de Agostina, hermana de Lara.
La situación se tornó caótica: “Según un testimonio, salieron corriendo a la dependencia de la Policía pidiendo protección porque pasó una moto y disparó contra el frente de la casa de Agostina. Hubo algunas corridas y efectivos de la Policía bonaerense acompañaron a la mamá de Lara a su domicilio”, añadió el periodista en su reporte.
Este ataque ocurre en paralelo a una investigación que no deja de sumar capítulos dramáticos. El cuerpo de Lara fue encontrado junto al de sus amigas en una vivienda situada en las calles Samborombón y Chañar, en Florencio Varela. Hasta ese lugar llegaron los investigadores tras seguir el rastro de una señal de celular de una de las jóvenes, que había impactado en una antena cercana. A tan solo 300 metros de allí, un vecino aportó información clave que permitió orientar los allanamientos.
Además, el martes se había hallado una camioneta blanca totalmente calcinada, vehículo que, según las sospechas, fue utilizado para trasladar a las tres chicas desde La Matanza hasta el lugar donde finalmente fueron asesinadas. Muy cerca de la casa donde la policía científica trabajó, se percibía un fuerte olor a cloro y lavandina, elementos que reforzaron la hipótesis de que hubo un intento deliberado por borrar huellas y limpiar la escena del crimen.
La última vez que Brenda, Morena y Lara habían sido vistas con vida fue el viernes por la noche, cuando salieron de sus domicilios en el Complejo 17 de Camino de Cintura rumbo a una estación de servicio YPF ubicada en la intersección de Avenida Crovara y Monseñor Bufano, en La Matanza. Desde entonces, nada se supo hasta el macabro descubrimiento.
En la vivienda allanada en Florencio Varela, la policía encontró a dos personas que quedaron detenidas de inmediato. Se trataba de un hombre y una mujer que, según trascendió, habían sido contratados con la misión de limpiar la casa. Con estas detenciones, ya son cuatro los sospechosos arrestados hasta el momento. Las primeras líneas de la investigación apuntan a que detrás de este triple femicidio se entrelazan actividades vinculadas al narcotráfico y a redes de prostitución con epicentro en el barrio porteño del Bajo Flores.
De este modo, mientras los familiares lloran a las víctimas y reclaman justicia, los investigadores trabajan contra reloj para desentrañar los hilos de una trama criminal cada vez más compleja y violenta, que ya no solo se llevó la vida de tres jóvenes sino que también amenaza a sus entornos más cercanos.