El informe de la autopsia realizado a Lara Gutiérrez, la adolescente de 15 años asesinada junto a Morena Verdi y Brenda Loreley Del Castillo (ambas de 20 años) en el partido bonaerense de Florencio Varela, reveló las causas y circunstancias de su muerte durante el brutal ataque que sufrió.
Según consta en la necropsia llevada a cabo en la Morgue Judicial del Instituto de Investigación Criminal y de Ciencias Forenses Conurbano Sur, en Temperley, Lara presentaba múltiples heridas punzocortantes: tres de ellas provocadas por arma blanca, junto con otras lesiones similares. El documento señala que la causa directa de su fallecimiento fue un shock hipovolémico, derivado de la sección de la arteria carótida primitiva derecha, lo que provocó una pérdida masiva de sangre que impidió que el corazón bombease suficiente oxígeno al cuerpo, llevando a su muerte.
El informe forense detalla también que el cuerpo se encontraba en avanzado estado de putrefacción y que se hallaron diversos elementos que reflejan el nivel de tortura al que fue sometida: una mordaza de cinta plástica colocada sobre boca y cuello, cinchas plásticas en ambas rodillas, cordones en los tobillos, un cuchillo de cubierto con filo aserrado y mango negro, y fragmentos de vidrio verde. Además, se observaron livideces de distribución generalizada en la espalda, tenues y fijas, sin evidencia de fauna cadavérica que hubiera alterado el cuerpo.
El informe oficial aclara que el cadáver permaneció refrigerado desde su ingreso hasta la realización de la autopsia, lo que podría haber afectado la estimación exacta de la data de muerte debido a la crioconservación.

Paralelamente, se conoció un audio atribuido a “Pequeño J”, señalado como el cerebro detrás del triple femicidio. En la grabación, el acusado narra con crudeza su vida mientras escapaba rumbo a Perú y describe la presión y amenazas que enfrentaba, mostrando su percepción del entorno y su estado de ánimo. “Espera a que arregle este problema, porque yo ando corrido, no ando ni en mi casa, en lugares lejos y es feo porque tengo que viajar humillado y nunca tuve que humillarme por nadie”, dice en un fragmento, evidenciando la tensión y las dificultades económicas que lo rodean.
Lejos de expresar arrepentimiento, “Pequeño J” reconoce la presión de sus allegados y deudas, mencionando que todos reclaman su dinero: “Los tíos me cobran, todos quieren mi plata, me estoy volviendo hijo de puta y no quiero que tú veas lo que pasa”. Sin embargo, el audio también muestra un intento de tranquilidad hacia su interlocutora, prometiendo traerla consigo y asegurándole: “No te quiero ver estresada, ni triste, ni nada. Quiero que estés tranquila, cuando pueda te voy a traer para aquí, quiero que estés bien”.
En conjunto, la autopsia y la grabación aportan detalles cruciales sobre la violencia extrema que sufrió Lara Gutiérrez y las circunstancias en torno a la responsabilidad de quienes planearon y ejecutaron el ataque.