En medio de una creciente tensión política, el ministro de Salud de la Nación, Mario Lugones, responsabilizó públicamente al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por una escandalosa filtración en el examen de residencias médicas. El detonante fue la difusión de un video que muestra cómo un postulante, usando tecnología de alta gama, habría logrado copiarse durante la evaluación. Este episodio desató una nueva controversia en la ya deteriorada relación entre el presidente Javier Milei y el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri.
Lugones, desde su cuenta oficial en la red social X, explicó que toda la organización logística y operativa del examen estuvo bajo la órbita de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Señaló que la sede del examen fue el complejo Parque Roca y que las tareas de control, así como la responsabilidad de garantizar la seguridad del proceso evaluativo, recayeron exclusivamente sobre las autoridades porteñas.
El conflicto estalló luego de que se viralizara un video publicado por el médico y creador digital Mateo Beltrán. En esas imágenes se observa cómo un postulante, utilizando anteojos inteligentes Ray-Ban Meta, logró registrar las 100 preguntas del examen. Las sospechas apuntan a que, durante reiteradas visitas al baño, el examinado habría compartido las imágenes con personas externas que lo asistieron con las respuestas.
Las autoridades nacionales confirmaron que el material audiovisual es auténtico y detallaron que el estudiante en cuestión se presentó por segunda vez al examen, obteniendo esta vez una calificación inusualmente alta: 92 puntos sobre 100, frente a los 43 puntos que había conseguido el año anterior. Según confirmaron, el aspirante rindió en la sede de la Villa Olímpica, ubicada en la Ciudad de Buenos Aires.
En sus declaraciones, el ministro Lugones no sólo apuntó al uso fraudulento de la tecnología, sino que también vinculó el fenómeno con el rendimiento anómalo de muchos postulantes, en particular aquellos provenientes de universidades extranjeras. Según él, estos institutos no siempre garantizan estándares académicos similares a los exigidos en la Argentina. “Durante años se aceptaron títulos sin una evaluación real de su validez. Este gobierno ha decidido priorizar el mérito, en defensa de los profesionales formados con esfuerzo en nuestras universidades públicas”, sostuvo.
En términos políticos, este escándalo también evidencia la creciente distancia entre la administración nacional de Javier Milei y el gobierno porteño de Jorge Macri. La relación, ya erosionada desde el fallido intento de formar una alianza electoral para las elecciones legislativas en la Ciudad, se encuentra en su punto más bajo. El Presidente incluso ha evitado saludar públicamente al jefe de Gobierno en dos actos protocolares recientes: el Tedeum del 25 de Mayo y la inauguración de la Exposición Rural.
Desde la administración porteña optaron por desdramatizar el hecho. Voceros oficiales admitieron que, como ocurre cada año tras evaluaciones masivas, se revisarán los mecanismos de control. Reconocieron la magnitud del proceso, en el que participaron más de 6.000 personas, y señalaron que casos aislados podrían presentarse, pero serán investigados y, en caso de confirmarse irregularidades, sancionados. Además, recordaron que, si existe una denuncia formal por la filtración, el caso deberá ser investigado por la justicia.
El video que puso en evidencia el fraude fue grabado con unas gafas Ray-Ban Meta, desarrolladas por la alianza entre la marca de lujo y la empresa tecnológica Meta (propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp). Estos lentes de apariencia común están equipados con cámaras de alta resolución, micrófonos multidireccionales y conexión Bluetooth y Wi-Fi, lo que les permite capturar video y audio en tiempo real sin llamar la atención. Se trata de dispositivos diseñados como una extensión del teléfono móvil, operables mediante comandos de voz, lo cual los hace especialmente peligrosos en contextos donde la discreción puede facilitar acciones como el espionaje o, como en este caso, el engaño en una evaluación académica.
Fuentes del sector de la salud ya habían advertido, incluso durante la misma jornada del examen, sobre la desorganización que se vivía en la sede de Parque Roca. Comentaron que la falta de control permitió movimientos inusuales de aspirantes que entraban y salían reiteradamente de los sanitarios, generando sospechas sobre posibles maniobras de copia o asistencia externa.
En suma, este episodio no sólo pone en entredicho la transparencia de un examen clave para la formación médica en Argentina, sino que también amplifica un conflicto político entre Nación y Ciudad, en un escenario que podría impactar de lleno en las elecciones de octubre. La denuncia de Lugones y la respuesta medida de la Ciudad reflejan, además, los desafíos de garantizar procesos justos y confiables en un mundo donde la tecnología puede ser tanto una herramienta de avance como un arma para el fraude.
