El dueño del laboratorio de fentanilo lanzó denuncias frente a los Tribunales | “Se tienen que enterar los narcos”

Un conflicto de índole judicial vinculado con su hijo desencadenó una reacción explosiva por parte del empresario Ariel García Furfaro, titular del laboratorio HLB Pharma, uno de los principales involucrados en el escándalo por el fentanilo contaminado. Un video difundido recientemente por el diario Clarín muestra a García Furfaro desbordado por la indignación tras una resolución judicial emitida por un tribunal penal de Morón, lo que puso en evidencia su carácter impulsivo.

La escena fue registrada el 27 de diciembre de 2024, en las inmediaciones del edificio judicial ubicado en la intersección de las calles Colón y Almirante Brown, en Morón, partido del oeste del Gran Buenos Aires. En las imágenes captadas por un celular, se observa al empresario vociferando en plena vía pública, lanzando duras acusaciones contra miembros del Poder Judicial, incluyendo jueces de jurisdicción provincial y federal, así como a un reconocido abogado penalista.

García Furfaro manifestó su furia gritando: “Todo el mundo va a saber de lo que pasa acá en Morón: le arman causas a los narcos y los defiende el hijo de Rodríguez”, aludiendo directamente al juez Jorge Rodríguez, quien ocupa el cargo de titular del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Nº 2 de Morón. El empresario hacía referencia a Sebastián Rodríguez Barbaró, hijo del magistrado y abogado defensor del joven señalado como agresor de su hijo.

El motivo de este estallido se remonta a un episodio ocurrido en noviembre de 2022 dentro de un boliche de la localidad de Hurlingham. En aquella oportunidad, Nicolás García, hijo del empresario, resultó gravemente herido durante una pelea con otro joven de 19 años. A raíz de ese altercado, se presentó una denuncia penal y la fiscalía actuante solicitó llevar adelante un juicio abreviado. No obstante, la defensa de García Furfaro rechazó esta alternativa, exigiendo que se imputara al agresor por el delito de «tentativa de homicidio», lo cual implica una pena potencial de hasta seis años de prisión. Sin embargo, la Cámara de Apelaciones de Morón desestimó ese pedido, lo que exacerbó la tensión.

La defensa del joven acusado recayó en manos de Rodríguez Barbaró, hecho que alimentó las sospechas de García Furfaro sobre una presunta injerencia del juez federal Rodríguez en los destinos procesales de la causa. En su discurso, el empresario denunció una supuesta red de favores y encubrimientos judiciales, manifestando con vehemencia: “¡El hijo de Rodríguez saca a los narcos que el padre los mete presos! ¡Al del helicóptero lo denunció Rodríguez y el hijo lo saca! ¡Y estos hijos de puta –señalando el edificio– son socios! ¡Son socios!”

Además, mencionó nombres de peso del crimen organizado como Esteban Lindor Alvarado, narcotraficante oriundo de Rosario que suma múltiples condenas por delitos que incluyen homicidios y narcotráfico, y que incluso intentó fugarse en helicóptero de la prisión de Ezeiza. También se refirió a Mario Segovia, conocido como “el Rey de la efedrina”, quien fue condenado por seguir dirigiendo una red criminal desde la cárcel, facilitando armas y explosivos a organizaciones delictivas radicadas en Rosario.

García Furfaro insinuó que estas figuras del narcotráfico habrían sido blanco de las mismas maniobras judiciales a las que él atribuía el supuesto encubrimiento en el caso de su hijo, arrojando un manto de sospecha sobre los vínculos entre la justicia federal y la actividad delictiva.