Patricio Ferrari, uno de los fiscales generales adjuntos de San Isidro, vivió un momento estremecedor durante su intervención ante los jueces Verónica Di Tommaso, Maximiliano Savarino y Julieta Makintach, del Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de San Isidro, al mostrarles una foto que dejó una fuerte impresión en la sala. “Así murió Maradona”, exclamó Ferrari, mientras levantaba la imagen que mostraba al astro del fútbol ya fallecido, con una hinchazón anormal, un tubo en su boca, y evidentes signos de los intentos de reanimación que se realizaron al mediodía del 25 de noviembre de 2020.
Verónica Ojeda, Jana, Dalma y Gianinna Maradona, en la primera fila de familiares y allegados más cercanos a Diego Maradona
Este momento constituyó uno de los picos emocionales de su alegato, en el cual el fiscal expuso las líneas generales de la acusación. Ferrari destacó: “Nos convoca el crimen que tuvo como víctima a Diego Maradona. Con la prueba que se produzca en el juicio, ustedes [dirigiéndose a los jueces] y la sociedad conocerán una imputación sólida, sin fisuras. El derecho a la verdad es un derecho. Hoy, Diego Armando Maradona, sus hijos, sus familiares y el pueblo argentino merecen Justicia”.
A continuación, el fiscal se refirió a las dos semanas que Maradona pasó en una casa del barrio privado San Andrés, en Tigre, tras ser operado de un hematoma subdural por el neurocirujano Leopoldo Luque, quien es el principal acusado en el juicio. Ferrari calificó la rehabilitación clínica e internación domiciliaria como “calamitosa” y “temeraria”. Aseguró que la intervención en esa casa fue “deficiente” y que careció por completo de cualquier tipo de protocolo adecuado. “Esa casa, donde Maradona murió, fue un teatro del horror donde nadie hizo lo que tenía que hacer”, expresó el fiscal.
Ferrari también señaló que el equipo médico a cargo de la atención de Maradona, encabezado por Luque, estaba compuesto por individuos «improvisados», entre ellos la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, y otros médicos y enfermeros. Según Ferrari, este equipo asumió roles que no les correspondían y “incumplió todos los deberes a su cargo”, lo que aumentó significativamente el riesgo de que Maradona muriera, un resultado que ellos “representaron” y ante el cual mostraron “absoluta indiferencia”.
El fiscal describió con detalles alarmantes la falta de organización y profesionalismo, como el hecho de que Luque guardaba la historia clínica de Maradona en hojas dispersas sobre una chimenea en su casa, y que Cosachov y Díaz prescribían medicación psiquiátrica basada en un papel pegado en una heladera. Además, Ferrari mencionó un mensaje alarmante que se envió a Luque la noche antes de la muerte de Maradona, el cual reflejaba el grave estado de salud del paciente: “Leíto, tiene los ojos como una teta, y eso con la luz apagada; no quiero ni verlo con la luz prendida”. A pesar de este síntoma evidente, no se tomó ninguna medida para atenderlo.
El fiscal cerró su alegato con una contundente declaración: “Así murió Maradona. Quien les venga a decir a ustedes, los jueces, que no percibieron lo que le pasaba a Diego, les están mintiendo en la cara. Era elocuente el estado. Cualquiera que piense en cualquier familiar de ustedes que lo vean así, tendido en una cama desde hace varios días… les están mintiendo si no les dicen que lo mataron”.