Un paseo que de golpe se convirtió en un drama. Y toda la desesperación en unos segundos. Alejandro iba en su moto, una CF 400, por Luis María Campos y El Tropezón, en el partido bonaerense de Tres de Febrero.
Acompañado de una amiga, el plan era dar una vuelta, una costumbre que mantiene desde hace diez años, cuando se hizo fanático de las dos ruedas y decidió recorrer el país y el mundo.
«Eran las siete y media de la tarde del domingo. Me aparece otra moto, con dos pibes, y me manotean el manubrio. Ahí me di cuenta que era un robo», le cuenta Alejandro (32) a Clarín, aún conmocionado por el hecho y sorprendido por la repercusión del video que subió en sus redes sociales.
La secuencia es dramática. Alejandro pide que no le roben el celular, por todo lo que allí tiene relacionado a su trabajo, pero está dispuesto a dejar la moto, la billetera… «Yo solo quería que se fueran. Después me di cuenta que la estiré tanto que me dio miedo que sacaran un arma y podía pasar cualquiera cosa», dice.
Al final solo se llevaron las llaves de la moto. «Pasó que todos los vecinos empezaron a gritar y decidieron irse. Tuvimos suerte», agrega. Y recuerda que no es la primera vez. Ya le habían robado, en 2011. «Pero esa vez sí me robaron la moto, a punta de pistola, en Villa Soldati. Era una Gilera 110», detalla.
Como acostumbra a ir filmando todos sus recorridos, el registro del asalto quedó grabado en vivo. «Repasé el video hacia atrás, para ver si me habían cruzado antes o me venían siguiendo. Y no. Vi que venían por la calle en la que yo justo doblé y ahí nos agarraron. Fue al voleo», analiza Alejandro.
«No podés hacer nada. Me metí en una zona que no conocía y ese fue el error. Vino la policía pero me dijo que no valía la pena hacer la denuncia por el robo de las llaves, pero se llevaron el video y me dijeron que iban a investigar», resalta. Al final, una vecina le prestó su cochera para dejar la moto, hasta que con la camioneta de un amigo la pudo llevar a su casa.
Alejandro, en sus redes sociales, sube todos los viajes que hizo y hace en su moto. Argentina, Chile, Europa… Todos los paisajes ruteros se mezclan ahora con imagen poco agradable: un robo en primera persona.