La desaparición de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez, quienes habían sido vistas por última vez el viernes anterior en la rotonda de La Tablada mientras abordaban una camioneta blanca, derivó en un hallazgo espeluznante que conmocionó a todo el país: este miércoles las autoridades confirmaron que las tres jóvenes fueron encontradas sin vida y descuartizadas en una vivienda de Villa Vatteone, en Florencio Varela.
El operativo fue realizado por efectivos de la DDI de La Matanza de la Policía Bonaerense, quienes llegaron al domicilio gracias a la localización de la señal del celular de una de las víctimas, que se había registrado en una antena de la zona, a más de 30 kilómetros de donde las chicas habían sido vistas por última vez.
Al ingresar al inmueble, los investigadores notaron un fuerte olor a lavandina y hallaron rastros de sangre, lo que reforzó las sospechas de que allí se habían producido los crímenes. La casa estaba siendo limpiada por dos personas en el momento del allanamiento. La confirmación oficial de que los cuerpos correspondían a las jóvenes buscadas fue brindada por Antonio, abuelo de Brenda y Morena, quien, en diálogo con la prensa, expresó con dolor: “Pasó el desenlace que no queríamos. Teníamos la esperanza de encontrarlas con vida, pero nos tocó vivir esta tragedia. Los investigadores nos confirmaron que sí, son ellas”.
El hombre, visiblemente quebrado, añadió que ahora la familia deberá afrontar el proceso de las autopsias y las decisiones posteriores. Reconoció además que su esposa estaba devastada: “Es una mujer que si la descuidamos, capaz hace cualquier cosa”.
Por el momento, hay cuatro detenidos, entre ellos una pareja de nacionalidad peruana que fue capturada en un hotel alojamiento. Se presume que son los dueños de la vivienda donde se encontraron los cuerpos, mientras que otras dos personas habrían estado encargadas de la limpieza para ocultar pruebas.
La principal hipótesis que manejan los investigadores es que las tres jóvenes habrían sido asesinadas en el marco de una fiesta organizada por una banda vinculada a narcotraficantes de la Villa 1-11-14 del Bajo Flores. Esta línea cobra fuerza ya que las antenas de los celulares de las víctimas también marcaron actividad en esa zona. Cabe recordar que Brenda y Morena tenían apenas 20 años y Lara, la más joven, solo 15. La causa está en manos del fiscal Gastón Dupláa, con competencia en La Matanza, jurisdicción en la que las víctimas fueron vistas por última vez.
El abuelo de las chicas relató, antes de la confirmación oficial de los cuerpos, que había vivido momentos de incertidumbre angustiante: “Me enteré por mi yerno, que lo vio en la televisión. A las 4 de la mañana yo estaba arrodillado, pidiendo que aparezcan las nenas. Lo único que quería era verlas con vida”. También recordó que Morena le decía que trabajaba como camarera, aunque desconocía en detalle en qué andaban esa noche.
Vecinos de la vivienda allanada también dieron testimonio y expresaron su conmoción. Uno de ellos aseguró: “Es una casa grande, con patio, no un aguantadero. Es un barrio tranquilo y todos estamos consternados. Nunca imaginamos algo así. Es como salir mañana a la vereda y encontrarse con una escena espantosa”.
El lugar donde encontraron los cuerpos.
La desaparición había generado una fuerte movilización social. El martes anterior, familiares y allegados se habían concentrado en la rotonda de La Tablada, en el cruce de Monseñor Bufano y Crovara, exigiendo la aparición con vida de las jóvenes. Norma, madrina de Lara, la más pequeña, había dicho entre lágrimas: “Si está, que vuelva. Si la tienen secuestrada, que la devuelvan. Nos vamos a quedar acá hasta que aparezcan. Me puedo esperar lo peor de este país, pero no nos vamos a mover”.
En sus declaraciones, Norma también rechazó los prejuicios sobre las víctimas: “Más allá de lo que digan, de si eran prostitutas o no, me pongo en el lugar de hermana y prima. No hay palabras para expresar lo que sentimos quienes las conocíamos”.
Actualmente, se evalúa si la causa continuará bajo la jurisdicción de La Matanza o si pasará a una fiscalía de Florencio Varela, dado que allí se habría cometido el crimen. Mientras tanto, fuentes judiciales de Quilmes señalaron no tener aún precisiones sobre un eventual cambio en la investigación.
Este caso, por la brutalidad de los hechos y por el dolor de las familias, se suma a la lista de crímenes que estremecen a la sociedad y generan un profundo reclamo de justicia.