Los incidentes violentos que tuvieron lugar durante una asamblea estudiantil en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) han generado repercusiones no solo en el ámbito universitario, profundizando la crisis en la educación superior, sino también en el seno del partido político La Libertad Avanza. La UNQ responsabilizó a «infiltrados libertarios» por los disturbios, lo que provocó una reacción incómoda dentro del propio espacio libertario, al ver a algunos de sus militantes relacionados con esos desmanes.
El rector de la Universidad de Quilmes confirmó que los libertarios que gasearon a los estudiantes son ajenos a la institución y están vinculados a la concejal libertaria del lugar 👀pic.twitter.com/8Ckdz1D53c
— Todos Los Videos (@losvideosok) October 16, 2024
La policía identificó al responsable de lanzar gas pimienta en medio de la asamblea como Tomás Nierenberger. En los círculos libertarios, se lo vinculó con el equipo de militantes cercanos a Estefanía Albasetti, concejal de Quilmes por La Libertad Avanza, y a Nahuel Sotelo, secretario de Culto y Civilización y uno de los referentes de la agrupación La Julio Argentino. Este vínculo fue especialmente señalado en relación a los hechos de violencia ocurridos en la universidad.
Sin embargo, desde el entorno de Nahuel Sotelo negaron cualquier relación directa con Nierenberger, aunque confirmaron que la concejal Albasetti forma parte del mismo grupo político que lidera Sotelo. Este dirigente ha mostrado interés en expandir su influencia en Quilmes, un municipio clave dentro de la tercera sección electoral de la provincia de Buenos Aires. La lucha por el control territorial es fundamental para el crecimiento de La Libertad Avanza, particularmente en una región donde el oficialismo tiene fuerte presencia.
Por su parte, la Universidad Nacional de Quilmes, en un comunicado oficial, también identificó a los libertarios involucrados como personas vinculadas a la concejal Albasetti. Además, acusaron al joven que lanzó el gas pimienta de haber simulado ser víctima de agresiones, al tomarse fotos en las inmediaciones de la universidad fingiendo haber sido atacado.
Esta misma versión es apoyada por la municipalidad de Quilmes, liderada por la intendenta camporista Mayra Mendoza, quienes también identificaron a Nierenberger, de 29 años, como un «militante libertario» vinculado a Albasetti y Sotelo. Además, señalaron que el mismo joven había participado en una protesta frente a la sede de Télam, en la que se exigía el cierre de la agencia de noticias.
El 25 de septiembre, Albasetti había utilizado sus redes sociales para advertir a quienes participaran en la manifestación universitaria del 2 de octubre. En esa ocasión, lanzó un mensaje contundente: «no lleven niños porque vamos a repartir palo y gas pimienta». Esta declaración fue vista como una clara señal de los métodos que algunos militantes libertarios estaban dispuestos a emplear durante las manifestaciones.
En cuanto a la participación de los libertarios en la asamblea universitaria que resultó en los disturbios, algunos justificaron el uso de gas pimienta como una medida preventiva. Alegaron que la decisión de llevar este tipo de defensa estaba influenciada por los hechos ocurridos en La Plata el sábado anterior, cuando un evento político de Karina Milei fue interrumpido por un violento escrache, que incluyó pedradas y corridas, resultando en un joven herido que debió ser atendido en el Policlínico San Martín.
El acto en La Plata fue clave para el armado libertario en la provincia de Buenos Aires, ya que se considera que será un escenario decisivo para las elecciones de 2025. En ese contexto, el oficialismo ha insinuado la posibilidad de que Karina Milei se postule como candidata, lo que eleva aún más la tensión política en la región.
Las imágenes de los incidentes en la Universidad de Quilmes, en las que se ve a un militante libertario utilizando gas pimienta contra otros estudiantes, causaron conmoción en el ámbito político, especialmente en Casa Rosada. Las autoridades de la universidad y del municipio de Quilmes denunciaron que el grupo de libertarios lanzó el gas irritante contra «estudiantes y trabajadores que estaban llevando a cabo una manifestación pacífica». Esta descripción de los hechos fue respaldada tanto por la universidad como por el gobierno local, quienes criticaron duramente el accionar del grupo libertario.
Por otro lado, desde el entorno libertario, hubo acusaciones en sentido contrario. El propio Nahuel Sotelo utilizó sus redes sociales para responsabilizar a las autoridades universitarias, al gobernador y al municipio por las lesiones sufridas por sus militantes en la Universidad Nacional de Quilmes. Esto refleja las tensiones y acusaciones cruzadas sobre quién fue el verdadero responsable de los enfrentamientos violentos que marcaron la jornada.
En resumen, los disturbios en la Universidad de Quilmes no solo exacerbaron la crisis educativa, sino que también desataron una serie de conflictos políticos en el entorno de La Libertad Avanza. Las acusaciones entre la universidad, el municipio y los libertarios dejan claro que estos incidentes no son aislados, sino que forman parte de una disputa más amplia que involucra intereses políticos y territoriales en una de las regiones más importantes de Argentina.