Desde el presidente Javier Milei hasta diversos líderes políticos de la provincia de Buenos Aires, el papel desempeñado por el gobernador Axel Kicillof ha sido objeto de críticas severas tras la confirmación de que YPF llevará a cabo la construcción de una planta de Gas Natural Licuado (GNL) en la provincia de Río Negro.
Durante varios meses, tanto Buenos Aires como Río Negro habían competido ferozmente para ofrecer las mejores condiciones con el fin de atraer la inversión, que asciende a 30 mil millones de dólares. Finalmente, la decisión se inclinó a favor de Río Negro, y se atribuye en gran medida a la pronta adopción del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) por parte del gobernador rionegrino, Alberto Weretilnek, como un factor clave en la elección.
El presidente Milei, al enterarse del resultado, expresó en su perfil de X: “No hay tal cosa como un almuerzo gratis. El socialismo es siempre y en todo lugar un fenómeno hambreador y asesino. La competencia por comparación ha hecho una contribución enorme al País o una nueva versión aplicada a las inversiones de votar (invertir) con los pies de Tiebout”. Además, Milei había compartido previamente numerosos mensajes de líderes bonaerenses que criticaron la postura de Kicillof, quien desde el principio se negó a adherir al RIGI, una medida promovida por el gobierno nacional.
Esta disputa ha estado en curso durante varios meses. El gobierno de Buenos Aires defendió que la localidad de Bahía Blanca era el lugar ideal para ubicar la planta que transformaría el gas proveniente de Vaca Muerta en GNL y facilitaría su exportación, alegando incluso que las inversiones ya habían comenzado en esa región.
Por otro lado, el gobierno de Río Negro se esforzó en ofrecer condiciones más favorables para asegurar una inversión de tal magnitud, considerada la más grande en la historia de infraestructura energética del país. El gobernador Weretilnek aceleró la adhesión al RIGI a principios de julio, un movimiento que el gobierno de Kicillof, por razones políticas, rechazó.
Simultáneamente, el oficialismo bonaerense trató de mantener su posición política aprobando un proyecto en la legislatura provincial similar al RIGI pero adaptado a las condiciones de Buenos Aires. No obstante, este proyecto no prosperó, mientras la oposición local presionaba para una adhesión completa al régimen nacional.
En medio de esta controversia, el directorio de YPF anunció el 30 de julio que la planta se construirá en Sierra Grande, Río Negro. La planta requerirá una inversión superior a los 30 mil millones de dólares y está proyectada para exportar GNL en buques, con un objetivo similar para el año 2031. La instalación es esencial para transformar el gas en una forma exportable mediante barcos, los cuales actualmente importa el país, generando un considerable gasto de dólares tanto para el Tesoro como para el Banco Central de la República Argentina (BCRA).
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