La explosión mediática que provocó la difusión masiva de los videos íntimos grabados por la agente Nicole V. mientras transitaba una licencia por “estatus convulsivo” derivó en un verdadero escándalo público. Después de varios días en silencio, la policía decidió dar su versión y explicar cómo vivió la exposición abrupta que la situó en el centro de la atención nacional, tanto en redes sociales como en los distintos medios.
En una entrevista con Telefe Noticias, la joven reconoció que jamás imaginó semejante repercusión:
“Fue algo que no creí que se iba a viralizar de esa manera”, señaló. Pese al revuelo, destacó que recibió contención de su entorno cercano: familia y amigos se mostraron a su lado desde el primer momento. Sin embargo, admitió que el nivel de acoso que empezó a experimentar en internet la sobrepasó por momentos.

Uno de los impactos más notorios de la exposición fue el crecimiento desmedido de sus seguidores en redes sociales. Nicole relató que su cuenta de Instagram pasó de 60.000 a 120.000 seguidores en muy poco tiempo, y que ese número continúa aumentando, lo cual también contribuyó a la sobrecarga emocional que atraviesa.
Respecto de las razones que la llevaron a grabar y publicar los videos, la agente profundizó en su situación personal. Señaló que, tal como ya se había difundido, se encontraba bajo una licencia médica prolongada en el marco de un tratamiento en contexto de violencia de género. Debido a esa licencia cobraba solamente la mitad de su salario, lo que dificultaba sostener a su hija y a su familia, de la cual es principal responsable económica. “No tenía otra forma de generar ingresos, necesitaba una alternativa laboral”, explicó, justificando así la decisión que tomó.

Nicole también aseguró que desconocía que grabar ese tipo de contenido utilizando el uniforme policial constituía una falta. Afirmó que recién tomó dimensión del problema cuando recibió la notificación del sumario administrativo. Desde entonces, indicó que se puso a disposición de la Oficina de Transparencia de la Policía de la Ciudad, con la que continúa en contacto y acatando sus indicaciones.
La causa judicial toma otro rumbo
Lo que parecía ser únicamente un caso de índole disciplinaria y mediática derivó en una investigación mucho más compleja. Tras la viralización de los videos, el abogado Rodrigo Tripolone presentó una denuncia ante el Juzgado Federal de Tres de Febrero en la que planteó la posibilidad de que detrás de estas publicaciones exista una organización dedicada a la explotación sexual.
A partir de esa presentación, la Justicia comenzó a evaluar la presunta existencia de una estructura que podría encuadrarse en delitos como trata de personas con fines de explotación sexual, proxenetismo y otras actividades ilícitas. En el escrito, Tripolone sostuvo que los videos no responderían a una iniciativa individual aislada, sino que formarían parte de un mecanismo organizado de captación y producción de material sexual, en el que estarían involucradas varias mujeres, incluida la propia Nicole, quien habría utilizado su uniforme oficial dentro de este esquema.
La causa sigue en curso y ahora apunta a determinar si efectivamente existe una red detrás de lo ocurrido o si se trata exclusivamente de una acción personal vinculada a la situación económica y emocional que atravesaba la agente.
