A partir del sábado 1° de febrero, los combustibles experimentaron un incremento del 2%, lo que se traduce en un nuevo impacto económico para los argentinos en un mes que ya acumula varias alzas de precios. Aunque el Gobierno había decidido postergar por un mes la actualización de los impuestos internos aplicados a la nafta y el gasoil, las principales petroleras, incluyendo YPF, optaron por aumentar los precios en las estaciones de servicio.
Este ajuste se produce a pesar de que, el viernes anterior, la Secretaría de Energía había emitido un decreto para retrasar la actualización del Impuesto al Combustible Líquido (ICL) y del Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC), con el propósito de «mitigar el impacto en los precios del surtidor». Sin embargo, esta medida no fue suficiente para evitar el aumento, que ya está afectando a los consumidores.
En cuanto a los nuevos precios, en las estaciones de YPF ubicadas en la Ciudad de Buenos Aires, los valores promedio por litro son los siguientes: la nafta súper se ubica en $1.179, la nafta premium en $1.454, el diesel premium en $1.479, el gasoil común en $1.169 y el gasoil premium en $1.415. Por su parte, en las estaciones de Shell, los precios de referencia son: nafta súper a $1.243, nafta premium a $1.512, diesel premium a $1.486, diesel común a $1.259, gasoil común a $1.170 y gasoil premium a $1.420.
Cabe destacar que el aumento en el precio de los combustibles tiene un efecto casi inmediato en el resto de la economía, ya que estos representan uno de los costos más significativos para el transporte, que a su vez es clave para la distribución de productos de consumo masivo. Este encarecimiento puede generar un efecto dominó, incrementando los precios de bienes y servicios en diversos sectores, lo que agrava aún más la situación económica para los ciudadanos.