Para el próximo martes 9 de julio, Día de la Independencia, el gobierno nacional ha organizado un desfile militar que se llevará a cabo en paralelo con el tradicional tedeum. Este evento coincide con la iniciativa del presidente Javier Milei de firmar el «Pacto de Mayo» con los gobernadores, aunque ahora en julio.
El Ministerio de Defensa es el encargado de organizar el desfile, y ha extendido invitaciones a los veteranos de la guerra de las Islas Malvinas. Sin embargo, algunas agrupaciones de veteranos han considerado las instrucciones recibidas como «insólitas» y una «falta de respeto».
El desfile comenzará a las 10:30 en la intersección de Libertador y Agüero, cerca del Museo de Bellas Artes, y se prolongará hasta Olleros. El ministro de Defensa, Luis Petri, invitó al público a traer sus banderas y celebrar juntos la libertad, reflejando el lema libertario.
Uno de los problemas que enfrentaron los organizadores fue la logística económica, ya que el gobierno no se hizo cargo de ella. Además, las recomendaciones generales exigen a los veteranos que «desfilen rápido» debido a la gran cantidad de participantes y el límite de dos horas para el evento. El instructivo incluso sugiere que, si los veteranos cumplen con estas indicaciones, el próximo año podrán desfilar desde el inicio.
Para facilitar el recorrido, se ha indicado que los veteranos en silla de ruedas desfilarán con apoyo de sus compañeros. Aunque la convocatoria fue organizada por los propios veteranos, surgió descontento entre ellos debido a estas instrucciones.
Otro punto controvertido del instructivo es que se permite a los veteranos ubicarse al costado después de pasar frente al palco principal para recibir honores de las tropas. Además, se detalla lo que deben hacer aquellos que deseen seguir desfilando para ser vistos por el público, incluyendo llevar documentos y medallas.
Las instrucciones también sugieren que cumplir con estos requisitos es crucial para que en futuras convocatorias se les permita iniciar el desfile. Algunas organizaciones interpretaron esto como un intento de marginar a los veteranos, impidiéndoles participar plenamente en el desfile.
La logística también plantea desafíos debido a la gran cantidad de veteranos, que superan los 3.000. Todos han sido citados a las 9 de la mañana y deben ingresar por una única puerta, con un plazo de solo media hora para identificarse y acceder al lugar. Aquellos que no logren ingresar en ese tiempo no podrán desfilar.
Según el protocolo del Ministerio de Defensa, los veteranos deben formarse por Fuerza en lugar de por organizaciones, como lo habían solicitado. Un líder de una de las agrupaciones expresó su indignación diciendo: «Convocan a personas que arriesgaron su vida, muchos de ellos tienen más de 75 años y ¿los querés hacer trotar?».
Finalmente, los veteranos también se sintieron ofendidos por la advertencia de que, si no cumplen con las consignas, no podrán desfilar el próximo año.