La presencia del presidente argentino Javier Milei en los Estados Unidos durante los primeros días de diciembre tendrá una doble finalidad. Según explicó el periodista Rubén Rabanal, la visita está programada para el 5 de ese mes y se desarrollará en Washington D. C., donde Milei coincidirá con Donald Trump en el Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas, lugar elegido para el sorteo oficial del Mundial 2026. Además de asistir al evento deportivo, el mandatario aprovecharía su estadía para avanzar con la firma de uno de los tramos del acuerdo comercial recientemente anunciado entre ambos países, un entendimiento que generó repercusión política y económica dentro de la Argentina.
En esta línea, el embajador argentino en Washington, Alec Oxenford, interpretó que este acercamiento bilateral marca un cambio profundo en la política exterior del país. Desde su perspectiva, el convenio con los Estados Unidos simboliza que la Argentina «empieza a ir hacia el lado correcto», en referencia a una etapa caracterizada por la reconstrucción de vínculos internacionales. Oxenford justificó esta lectura al considerar que, tras décadas de decisiones que —según él— perjudicaron la estabilidad nacional, el país estaría enviando señales más claras de previsibilidad y apertura hacia el mundo. Para el diplomático, se está dejando atrás una lógica de “levantar muros” y se está ingresando en una etapa de “creación de puentes”, un proceso que facilitaría el ingreso de inversiones en sectores estratégicos.
Asimismo, Oxenford destacó que aunque el camino aún es largo y muchas personas siguen atravesando dificultades económicas, la dirección actual ofrece un horizonte diferente. Subrayó la importancia de actuar con transparencia para sostener la confianza internacional y reafirmó que estas transformaciones recién comienzan, pero avanzan hacia un rumbo que considera adecuado.
En cuanto al acuerdo bilateral, se trata de un paquete amplio de compromisos que reconfigura la relación comercial entre ambos países. Uno de los aspectos más relevantes es la apertura recíproca de mercados: Argentina otorgará ventajas arancelarias a productos estadounidenses —entre ellos, medicamentos, químicos, tecnología, maquinaria, dispositivos médicos, vehículos y varios rubros agrícolas—, mientras que Estados Unidos eliminará tarifas para recursos naturales y ciertos insumos sin patente que Argentina exporte con destino farmacéutico. El acuerdo también podría influir en decisiones comerciales futuras de Washington vinculadas a la seguridad nacional, dado que el país evaluará este convenio al adoptar medidas amparadas en la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial.
Otro punto clave es la eliminación progresiva de barreras no arancelarias. Argentina ya retiró restricciones como licencias de importación y se comprometió a suprimir formalidades consulares aplicadas a productos estadounidenses, además de reducir gradualmente el impuesto estadístico. La negociación incluye también la aceptación de normas internacionales: productos fabricados bajo estándares técnicos y de seguridad de Estados Unidos podrán ingresar al mercado argentino sin requisitos adicionales.
En materia de propiedad intelectual, el país reforzará controles contra la falsificación y la piratería, tanto en espacios físicos como digitales. Asimismo, trabajará para resolver demoras y problemas estructurales en el sistema de patentes y armonizará su normativa con estándares aceptados globalmente.
El sector agrícola también ocupa un espacio relevante. Argentina habilitará el ingreso de ganado bovino vivo proveniente de Estados Unidos y abrirá su mercado a aves de corral dentro del próximo año. Además, simplificará procesos para la importación de productos cárnicos, porcinos y lácteos, sin requerir registros adicionales de instalaciones productoras. Ambas naciones acordaron colaborar para superar obstáculos comerciales ligados a alimentos y productos agroindustriales.
En cuanto al plano laboral, Argentina reafirmó su compromiso con los derechos laborales internacionales y adoptará medidas para impedir que se importen bienes producidos mediante trabajo forzado. El acuerdo considera también un capítulo ambiental: incluye acciones para combatir la tala ilegal, promover el uso eficiente de recursos —especialmente en sectores de minerales críticos— y garantizar el cumplimiento de estándares internacionales sobre subsidios a la pesca.
Otros compromisos refuerzan la alineación en temas de seguridad económica, controles de exportaciones, prevención de evasión arancelaria y supervisión de inversiones extranjeras. Ambos países expresaron interés en cooperar para estabilizar el mercado global de la soja y para atraer inversiones vinculadas a minerales estratégicos.
Finalmente, el capítulo de comercio digital establece que Argentina reconocerá a Estados Unidos como jurisdicción adecuada para la transferencia de datos, incluyendo información personal. Del mismo modo, se compromete a no aplicar restricciones discriminatorias contra bienes y servicios digitales estadounidenses y a validar firmas electrónicas que cumplan con la legislación de ese país.
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