El Gobierno nacional presentó formalmente este martes la creación del nuevo Departamento Federal de Investigación (DFI), una dependencia que funcionará dentro de la Policía Federal Argentina (PFA) y que absorberá cerca del 80% de sus funciones. Esta iniciativa, impulsada por el presidente Javier Milei y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, busca reconfigurar por completo el rol de la fuerza federal, adoptando un enfoque orientado a la investigación del crimen organizado, con una impronta similar a la del FBI estadounidense.
El evento tuvo lugar en el predio de prácticas del Cuerpo de Policía Montada de la PFA, donde el presidente Milei arribó junto a Bullrich alrededor de las 15. Desde el oficialismo, se destacó que la nueva entidad marcará una transición hacia una policía enfocada en investigaciones complejas y no en el tradicional modelo de comisarías. Según voceros cercanos a la ministra, el objetivo es construir una fuerza moderna, profesional y capacitada específicamente para abordar delitos federales.
Durante el acto, al que asistieron diversas autoridades nacionales y del ámbito judicial, se ubicaron en primera fila Karina Milei, el ministro del Interior Guillermo Francos, y varios ministros como Mariano Cúneo Libarona (Justicia), Mario Lugones (Salud) y Luis Petri (Defensa). También estuvieron presentes legisladores como Martín Menem y la senadora Carolina Losada, presidenta de la Comisión de Seguridad Interior. Entre los asistentes del Poder Judicial, se destacaron los camaristas Carlos Mahiques, Daniel Petrone, Mariano Borinsky y Leopoldo Bruglia, todos con vínculos a causas que involucraron a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien este mismo martes fue notificada oficialmente de su prisión domiciliaria con monitoreo electrónico.
La creación del DFI fue oficializada a través del decreto 383/2025, publicado en el Boletín Oficial en la madrugada. Este cambio institucional se enmarca en un proyecto que Bullrich ya había intentado impulsar durante la administración de Mauricio Macri, en el contexto del traspaso de la policía a la órbita de la Ciudad de Buenos Aires. Durante su discurso, Milei criticó a las gestiones anteriores, señalando que habían dejado a la Policía Federal «en un limbo» sin definir funciones ni estructura.
El nuevo departamento exhibió una estética fuertemente inspirada en la del FBI, con vehículos y uniformes especialmente ploteados con las siglas “DFI” y un escudo institucional protagonizado por un halcón de alas desplegadas. Como símbolo de esta alianza conceptual con el modelo norteamericano, estuvo presente Rick Hernández, representante del FBI en Argentina.
Aunque la reforma fue celebrada por el oficialismo como un paso firme hacia una policía más eficaz y moderna, organismos de derechos humanos, como el CELS, manifestaron preocupación por la amplitud de las nuevas atribuciones de la fuerza. En un comunicado, el CELS advirtió sobre posibles avances contra garantías constitucionales, como la posibilidad de realizar tareas de inteligencia o detenciones sin orden judicial. Además, alertaron que la modificación de funciones mediante decreto podría suponer, en los hechos, una alteración del Código Penal sin pasar por el Congreso.
A pesar de estas advertencias, desde el Gobierno minimizaron esas críticas y las vincularon con sectores del kirchnerismo. En cuanto a los aspectos logísticos y financieros, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, fue el único funcionario que dialogó brevemente con la prensa, y confirmó que el financiamiento provendrá del presupuesto nacional, aunque no supo precisar los montos destinados al nuevo organismo.
El presidente Milei, por su parte, señaló que el Estado invertirá en formación técnica y equipamiento de última generación para el DFI, con el fin de profesionalizar sus cuadros y reclutar personal capacitado en áreas como computación e investigación científica. Justificó este gasto en términos de seguridad nacional, argumentando que el Estado no puede tener menos recursos que las redes criminales o los grupos terroristas.
Milei también rememoró al histórico director del FBI, Edgar Hoover, reivindicando su “legado transformador” y destacando el uso pionero de huellas digitales en Estados Unidos, un método creado originalmente por el argentino Juan Vucetich. Además, aprovechó la fecha para rendir homenaje al general Martín Miguel de Güemes, conmemorando su figura histórica.
En su intervención, la ministra Bullrich ofreció detalles sobre las funciones que cumplirá el DFI. Mencionó la elaboración de un «mapa criminal» para identificar las principales organizaciones delictivas en el país, y explicó que la nueva fuerza estará entrenada para realizar tareas de inteligencia criminal, operaciones encubiertas y acompañamiento en allanamientos. Según Bullrich, la estética y el entrenamiento del personal estarán en sintonía con los estándares internacionales más exigentes.
El comisario general Luis Alejandro Rolle, jefe de la Policía Federal, fue el primero en tomar la palabra en el acto y resaltó que la implementación del DFI implicará una redistribución de los recursos humanos dentro de la fuerza, que trabajará en conjunto con los organismos judiciales y se proyecta como una «agencia líder» en el combate al crimen complejo.
A pesar del entusiasmo oficialista, persisten interrogantes sobre los alcances reales del nuevo organismo y su compatibilidad con los derechos individuales, en especial ante propuestas como el “patrullaje digital”, que aún no han sido del todo aclaradas por las autoridades.