Fue uno de los principales traficantes ilegales de marihuana en la región costera. Luego, optó por colaborar como informante y señaló la participación de figuras políticas, agentes de policía y funcionarios judiciales en el encubrimiento del negocio de drogas en Itatí. Federico «Morenita» Marín, de 33 años, estuvo prófugo desde febrero pasado, cuando se volatilizó tras obtener su liberación de la detención. No obstante, este domingo se le encontró… y el desenlace fue trágico. Un enfrentamiento armado se produjo con miembros de la Policía Federal, y él perdió la vida.
Marín, quien estaba siendo monitoreado mediante intervenciones telefónicas durante unos cuatro meses, estaba oculto en una isla frente a Itatí, en el lado paraguayo. Al parecer, solía ir y venir para visitar a una «novia» cuya residencia se hallaba en el centro de la ciudad.
Sin embargo, el domingo por la noche, mientras un equipo de la División Búsqueda de Personas de la Policía Federal lo interceptaba, iba en un vehículo junto a su esposa e hijos. Según relató una fuente a Clarín, Marín descendió del vehículo, llevando un bolso cruzado en el pecho, y comenzó a disparar.
Este suceso derivó en un violento enfrentamiento a tiros en el que Marín perdió la vida y tres oficiales resultaron heridos por disparos, entre ellos un comisario cuyo estado se mantenía en reserva.
En total, «Morenita» tenía cuatro órdenes de arresto emitidas por jueces de Morón, Chaco, Corrientes y la Ciudad de Buenos Aires.
En la noche del domingo, se filtró un video grabado por vecinos en el que se observa a la hija mayor de «Morenita» insultando a los oficiales heridos y a los médicos de la ambulancia que les brindaban atención. En estado de conmoción evidente, la adolescente grita: «A ellos los cuidan y a mi papá, que no está respirando, no le hacen nada. Me has dejado sin papá, idiota».
«Morenita» había sido sentenciado hace unos meses en un juicio de gran magnitud, en el cual también fue condenado el ex juez federal de Corrientes, Carlos Soto Dávila, hallado culpable de recibir sobornos para proteger a narcotraficantes.
Se determinó que el narcotraficante portaba una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros en su cintura. Además, en el vehículo que conducía tenía otra pistola Glock del mismo calibre y tres revólveres, todos listos para su uso.
La escapatoria de «Morenita», el narcotraficante arrepentido que destapó una intriga política y judicial
Desde mediados de febrero, el paradero de «Morenita» Marín, condenado como uno de los tres líderes que dirigían el tráfico de marihuana paraguaya en la ciudad correntina de Itatí, era desconocido.
En pleno día festivo extendido, Marín, quien ya tenía arresto domiciliario desde fines de 2022, solicitó permiso al sistema judicial para abandonar su hogar y dirigirse a un hospital debido a hemorroides con sangrado. Sin embargo, como luego se descubrió, todo fue una farsa.
Ubicado en un lugar oculto en la Provincia de Buenos Aires con su esposa e hijos, después de brindar testimonio como informante, «Morenita» llevaba un dispositivo de monitoreo electrónico en el tobillo, lo que permitió detectar su ausencia de casa.
La primera señal se dio un lunes, cuando la División Vigilancia Electrónica notificó al Tribunal Oral Federal N° 3 de Capital, encargado de supervisar la ejecución de la pena de Marín, que el delincuente se había alejado de su domicilio. En respuesta, el tribunal solicitó al Programa de Protección de Víctimas y Testigos que investigara la situación.
El programa se puso en contacto con Marín, quien respondió al teléfono y afirmó haber ido a un hospital para atenderse por sus problemas de hemorroides. Dado que «Morenita» informó al programa cuando regresó a su casa (lo que fue confirmado), el asunto no pasó a mayores.
El martes siguiente, ocurrió algo similar. El dispositivo en el tobillo de Marín nuevamente indicó que había abandonado su vivienda. Esta vez, sin embargo, «Morenita» no contestó el teléfono. Cuando se preguntó a su esposa sobre su paradero, ella afirmó que nuevamente había ido al hospital. Sin embargo, la Policía investigó el establecimiento médico mencionado por la familia y se confirmó que nunca se había atendido allí.
El testimonio de Marín resultó esencial para procesar y llevar a juicio a dos alcaldes, agentes de policía, gendarmes, abogados y al ex juez federal de Corrientes Carlos Soto Dávila, así como a dos de sus secretarios, estos últimos actualmente en juicio en Corrientes. Todos resultaron condenados.
Marín apareció en el radar de la Justicia Federal en 2015. Su destino quedó determinado por la causa «Sapucay», que reveló cómo tres bandas de narcotraficantes operaban impunemente en Itatí, incluso con complicidad política…
Según la investigación de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), dirigida por Diego Iglesias, la banda de Marín enviaba cargamentos de marihuana a Tucumán, Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Chaco, Buenos Aires y la Villa 21 de la Ciudad de Buenos Aires. «Morenita» finalmente fue detenido en octubre de 2018, cuando un grupo de Gendarmería rodeó su vivienda en Itatí.
El individuo estaba fuertemente armado y se entregó después de una prolongada negociación. En el caso «Sapucay», el líder narcotraficante correntino aceptó un juicio abreviado de 12 años de prisión tras admitir su participación en una asociación delictiva y su coautoría en el tráfico de estupefacientes, agravada por la implicación de menores de 18 años y funcionarios públicos.
Debido a su colaboración como informante, la Cámara de Casación redujo su sentencia a la mitad.
Los vínculos narcos con Tucumán
En agosto de 2011, «Morenita» fue arrestado debido a su participación en el transporte de aproximadamente 500 kilogramos de marihuana desde Corrientes. La banda a la que pertenecía lo designó para negociar con traficantes de drogas en Tucumán. Fue aprehendido en Villa Fiad.
Después de una breve detención en la Comisaría 7°, Marín intentó evadirse poco después de su captura. Según lo registrado en el expediente, aparentemente trató de sobornar a los oficiales de la Comisaría 7°, quienes habían dejado abierta la puerta de la celda que ocupaba. Sin embargo, no logró subirse al automóvil que lo esperaba en la plaza de Villa Luján, ya que un agente, que al parecer no estaba involucrado en el soborno, lo descubrió justo cuando estaba a punto de huir.
Marín permaneció en la prisión de Villa Urquiza hasta que finalmente fue sometido a un juicio abreviado en 2014, en el que fue condenado a cinco años de cárcel. Permaneció detenido hasta que expiró el período de prisión preventiva. Luego se le permitió regresar a su provincia, bajo la condición de presentarse una vez al mes. Cumplió con esta condición en algunas ocasiones, pero después dejó de hacerlo, lo que condujo a la emisión de una orden de arresto en su contra.
En diversas investigaciones, «Morenita» Marín fue señalado como el distribuidor mayorista para «La Jefa» Sánchez, «La banda de Trayán» y el «Gordo Vaca», tres individuos condenados en nuestra provincia por tráfico de drogas.