La movilización tuvo como objetivo central hacer visible la situación crítica que atraviesan las personas con discapacidad frente a los recortes del Gobierno, además de exigir que se cumplan dos leyes clave: la 22.431, que establece el sistema de protección integral para las personas discapacitadas, y la 24.901, que regula las prestaciones básicas que deben garantizarse en este sector.
Durante la manifestación, los participantes se congregaron bajo la consigna de que la única bandera que los representaba era la de la discapacidad, sin identificaciones partidarias de ningún tipo. Sin embargo, la presencia policial generó un clima de tensión. Los efectivos intentaron dispersar a quienes se encontraban sobre la vía pública, lo que provocó momentos de conflicto e indignación entre los manifestantes.
En medio del reclamo, una mujer relató su experiencia personal ante los medios: “Estoy acompañando a mi sobrino que tiene parálisis cerebral y a todas las personas que tienen discapacidad. Esto es sumamente importante porque no hace falta ser una persona con discapacidad para solidarizarse y empatizar. Muchas personas se quedaron sin medicación y sin el pago a un terapeuta. ¿Esos dólares que van a entrar, se van a destinar a los medicamentos o dónde se van a destinar?”, expresó en diálogo con un canal de noticias, cuestionando el destino de los fondos del Estado tras el levantamiento del cepo.
La mujer puso el foco en una de las consecuencias más alarmantes del ajuste: el retraso o incumplimiento en los pagos a profesionales de la salud que atienden a personas con discapacidad. “La respuesta que nos dan es la misma que se le da a los jubilados: palos, golpes. Es vergonzoso e inhumano lo que están haciendo”, denunció con firmeza.
Otro testimonio compartido durante la manifestación fue el de una madre, quien enfatizó que el reclamo no buscaba obtener privilegios, sino simplemente el respeto a los derechos ya adquiridos: “Hacer el recorte es totalmente innecesario, nosotros no estamos pidiendo que nos regalen nada, solo estamos pidiendo que se dejen de vulnerar los derechos de nuestros hijos. Es inflación y déficit cero a costa de nuestros hijos. No somos de ningún partido político, vinimos de todas partes del país”, dijo, resaltando la naturaleza plural y federal de la protesta.
El accionar policial durante la movilización también fue duramente criticado. En un momento en que los agentes comenzaron a empujar a los manifestantes para que despejaran la calle, una mujer expresó su indignación con una frase contundente: “Con la policía, la ministra Bullrich demuestran que parece ser que ser discapacitado con extrema vulnerabilidad es ser un delito”.
Mientras en las calles se desarrollaban estas protestas, el presidente Javier Milei celebraba el fin del cepo al dólar, destacándolo como un hito dentro de su plan económico. “Hoy somos más libres. Es un día muy importante porque hemos roto otra cadena más, una de las cadenas más pesadas y más difíciles. Este cepo se puso sobre el final del gobierno de (Mauricio) Macri generando un monstruo cambiario que además defaulteó la deuda en pesos, algo inédito”, declaró en una entrevista con El Observador.
Milei consideró que la liberación del mercado cambiario representa un avance significativo hacia una economía sin distorsiones y recordó cómo este control de cambios se profundizó bajo los gobiernos kirchneristas: “El cepo se profundizó durante el kirchnerismo hasta hacer que Alcatraz pareciera un juego de niños”, ironizó. Según explicó, desarmar ese esquema implicó desmontar múltiples capas de restricciones, algo que su gestión comenzó desde el primer día de mandato. “Hoy definitivamente hemos liberado el mercado de cambios, tal como lo habíamos prometido y sin especulación política”, aseguró.