Un productor agropecuario de 45 años, identificado como Sebastián Campo, se convirtió en protagonista de un video que rápidamente se viralizó, en el que manifiesta su profundo enojo frente a las recientes “retenciones cero” impulsadas por el gobierno de Javier Milei. Montado sobre una máquina agrícola, Sebastián relata que lleva trabajando en el campo “hace 26 años” y que está harto de ver cómo el esfuerzo de miles de pequeños y medianos productores termina beneficiando a unos pocos grandes exportadores.
El agricultor, oriundo de Acevedo —un pequeño pueblo de 1.500 habitantes en el partido de Pergamino—, mostró su frustración por la rápida reversión de la medida oficial, que apenas estuvo vigente 72 horas y que, en la práctica, no permitió a los productores más modestos aprovecharla. Sebastián denunció que la maniobra fue “una jugada preparada”, apuntando directamente al presidente Javier Milei, al ministro de Economía Luis Caputo y a las principales empresas exportadoras, quienes habrían recibido más de 1.500 millones de dólares gracias a esta efímera disposición del Gobierno Nacional.
“Lo que más me llama la atención es el silencio de todos, porque el lunes se aplaudía la medida como si fuera un beneficio para la producción, y hoy está claro que favorecía únicamente a los mismos de siempre, que se enriquecen con nuestro trabajo”, criticó el productor en el video, visiblemente indignado.
En cuanto a los efectos de las “retenciones cero”, los perdedores principales fueron los productores agropecuarios, quienes no tuvieron tiempo material de beneficiarse de la medida y ahora deberán vender su producción con los descuentos impositivos ya aplicados, mientras que el Estado argentino perdió aproximadamente 1.500 millones de dólares en recaudación en un contexto económico ya de por sí ajustado.
Por otro lado, los grandes ganadores fueron apenas doce compañías exportadoras de cereales que concentraron la totalidad del beneficio, entre las que se encuentran Bunge con 305 millones de dólares, LDC (Louis Dreyfus Company) con 298 millones, Cofco Intl con 238 millones, Cargill con 179 millones, Viterra con 185 millones y Molinos con 106 millones. Esta distribución, según Sebastián y otros pequeños productores, refleja la desigualdad y la concentración del beneficio en un reducido grupo de actores del sector, dejando fuera al grueso de quienes sostienen la producción agrícola del país.