Lo que desencadenó todo fue un acto de represión. Como sucede cada semana, un grupo de jubilados se congregó frente al Congreso para manifestarse, pero en esta ocasión ocurrió algo distinto: entre los manifestantes se encontraba un seguidor de Chacarita. Ese episodio marcó el inicio de una reacción en cadena dentro del mundo del fútbol, donde la solidaridad emergió con fuerza. En respuesta a lo sucedido, este miércoles, simpatizantes de distintos equipos de fútbol se sumarán a la emblemática movilización de los jubilados para expresar su descontento ante las políticas de ajuste implementadas por el gobierno de Javier Milei.

Es importante destacar que quienes participan en esta acción no pertenecen a grupos de barrabravas, sino que forman parte de agrupaciones de hinchas activas dentro de la vida institucional de sus clubes, tanto en la Primera División como en el ascenso. Muchos de estos grupos han impulsado diversas iniciativas sociales y políticas, organizándose en coordinadoras que promueven causas de interés público.
En diálogo con PERFIL, Sergio Smietniansky, integrante de la Coordinadora de Derechos Humanos del Fútbol Argentino, explicó cómo se gestó la movilización. Según detalló, el detonante fue la agresión policial contra un jubilado que, además de manifestarse, era hincha de Chacarita. «Lo real de la historia es que la policía pega, como pegan todos los miércoles, pero esta vez le pegaron a un jubilado hincha de Chacarita», expresó Smietniansky. A partir de ese incidente, la comunidad futbolera reaccionó rápidamente y comenzó a organizarse para brindar su apoyo.
Smietniansky subrayó que el respaldo inicial provino de un grupo de hinchas de Chacarita, quienes no están vinculados con la barrabrava, pero que se sintieron identificados con la situación. «Un grupo de hinchas de Chacarita que no son la barrabrava, y distan mucho de serlo, se organizan porque justamente en este país la identidad futbolera puede generar eso», afirmó. Este primer gesto de solidaridad se extendió a otros clubes, generando un efecto expansivo que involucró a diferentes sectores dinámicos de las instituciones deportivas. «Yo banco a los jubilados», se convirtió en una consigna común entre los simpatizantes del fútbol. Smietniansky señaló que esta reacción no es casual, sino que es el resultado de años de trabajo en defensa de los derechos humanos y sociales dentro del ámbito futbolístico.
El representante de la Coordinadora también resaltó que la movilización del miércoles tendrá un componente de espontaneidad, aunque también es producto de una larga trayectoria de organización dentro y fuera de los clubes. «Lo que va a pasar el miércoles tiene esa impronta de espontaneidad mezclada con todos los años de construcción, desde adentro y desde afuera de los clubes», explicó. Además, destacó que el impacto de esta iniciativa ya es visible en redes sociales. «Lo que sí sé es que el hecho político ya está generado y está generado en un ámbito donde el Gobierno se mueve con mucha facilidad, que es el de las redes sociales.»
Otro de los referentes consultados por PERFIL fue Hernán Aisenberg, miembro de la Coordinadora de Hinchas del Fútbol Argentino. Aisenberg recordó cómo la agresión policial contra Carlos, el jubilado hincha de Chacarita, fue el punto de partida para una mayor articulación de la protesta. «Hace más de un año que los jubilados están muy solos todos los miércoles, que ya dejaron de ser noticia», señaló, enfatizando la importancia de visibilizar la lucha de este sector de la población. Según explicó, la intervención de los hinchas se dio de manera espontánea, pero con el tiempo fue tomando una forma más organizada. «Nosotros somos los que estamos apoyando de manera más organizada, si se quiere, una gesta que fue totalmente espontánea, realmente espontánea.»
Aisenberg también reflexionó sobre cómo la imagen de Carlos siendo golpeado, con su camiseta de Chacarita puesta, generó un fuerte impacto emocional en la hinchada, despertando un sentimiento de solidaridad inmediata. «Si le están pegando a uno de los míos, yo tengo que estar ahí para defenderlo», expresó. Esta sensación se extendió a otras hinchadas, que dejaron de lado sus rivalidades para sumarse a la causa. «Carlos se transformó en una especie de nueva norma, y lo que generó Carlos es que los hinchas de Chacarita lo vieran por la tele con su camiseta y lo vieran muy indefenso», comentó Aisenberg, resaltando que esta imagen tuvo un efecto movilizador dentro de la comunidad futbolera.
El referente de la Coordinadora de Hinchas también subrayó la relevancia de la causa de los jubilados en un contexto más amplio. «Creo que llega tarde, pero creo que siempre tarde mejor que nunca», manifestó. Para Aisenberg, la lucha de los jubilados es una representación de una problemática más generalizada, en la que diversos sectores de la sociedad enfrentan dificultades económicas y sociales. «Y si esta gotita, tarde no suena, hace que en Argentina despierte de un letargo del que no sabemos cómo salir, porque la realidad es que no son los jubilados los únicos que la están pasando mal.»
Sin embargo, también advirtió sobre las posibles repercusiones de la marcha, especialmente si se produjeran nuevos episodios de violencia institucional. «Si hay represión, la culpa va a ser de la policía», afirmó con contundencia. En este sentido, mencionó la responsabilidad de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y de otros actores políticos en evitar que la situación escale. «La ministra Patricia Bullrich, al igual que otros actores políticos, tiene la responsabilidad de evitar que esto escale aún más.»
Finalmente, Aisenberg enfatizó que el espíritu de la movilización trasciende las diferencias entre hinchadas, priorizando la solidaridad y la defensa de los derechos de los jubilados. «Mañana no va a haber rivales, digamos futbolísticos. Todos vamos a estar unidos en esta causa. El deporte es un juego, pero lo de mañana es la vida», concluyó, destacando que la causa supera cualquier enfrentamiento deportivo y representa un llamado a la acción colectiva.