Los rugbiers franceses Hugo Auradou y Oscar Jegou, acusados de violación en Argentina, quienes habían estado bajo prisión domiciliaria desde su detención el 8 de julio, fueron liberados el día de hoy. Sin embargo, deberán permanecer en el país hasta que concluyan los procedimientos judiciales en su contra, según un comunicado de la fiscalía.
El comunicado de la fiscalía informó que se ha dispuesto «el recupero de la libertad de los coimputados, manteniéndose las demás medidas de coerción», las cuales incluyen la retención de sus pasaportes, la prohibición de abandonar el país y la restricción de cualquier tipo de contacto con la denunciante. Esta información fue confirmada a la prensa por Martín Ahumada, portavoz del poder judicial de Mendoza, donde presuntamente ocurrieron los hechos denunciados.
La semana pasada, ambos rugbiers prestaron declaración indagatoria en el Polo Judicial. Durante seis horas, respondieron a las preguntas del fiscal y de las otras partes involucradas en el caso.
La defensa de los acusados, liderada por Rafael Cúneo Libarona, argumenta que hubo inconsistencias en el testimonio de la denunciante y afirma que la relación sexual entre los jugadores y la víctima fue consensuada. En contraste, Natacha Romero, abogada de la querella, sostiene que se trató de una violación y cree que existen numerosas pruebas que comprometen a los jugadores del seleccionado francés de rugby.
En su testimonio, la denunciante relató que conoció a uno de los jugadores en el área VIP del boliche Wabi en Mendoza. Después de consumir algunas bebidas alcohólicas, ella y el jugador se dirigieron en taxi al hotel donde él estaba alojado con el resto de su equipo. En la habitación 603, el jugador le ofreció «tomar algo», pero al ingresar, la sujetó sin previo aviso y la violó.
El relato continúa indicando que, mientras era agredida, se escucharon golpes en la puerta y otro joven entró en la habitación, participando activamente en el ataque sexual. La denunciante mencionó que ninguno de los dos utilizó preservativo, y los detalles del abuso fueron descritos como perturbadores. La mujer también declaró que, tras varias horas de abuso, notó marcas de golpes, mordeduras y signos de estrangulamiento en su cuerpo. Finalmente, logró abandonar la habitación a las 8:35 del domingo y se dirigió a su hogar.
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