El miércoles pasado, un hombre de 70 años vivió una desafortunada experiencia al intentar conquistar a una mujer de 30 años, lo que terminó de forma inesperada y negativa.
El incidente tuvo lugar en San Pedro, una localidad de Salta, donde el jubilado visitó un comedor y quedó impresionado por una joven. Ambos comenzaron a conversar, y rápidamente lograron establecer una conexión inicial que parecía prometedora.
La situación parecía ir viento en popa, tanto que el hombre decidió invitar a la mujer a su casa para continuar la velada. Una vez allí, compartieron unos tragos en un ambiente distendido. Sin embargo, justo antes de que pudieran concretar un momento íntimo, ambos se quedaron dormidos.
Más tarde, al despertar, la mujer le pidió al hombre prestada su motocicleta, argumentando que necesitaba buscar ropa para poder regresar. Confiado, el jubilado accedió a su pedido, sin sospechar lo que estaba por suceder. Pero esa confianza resultó ser su error, ya que la joven aprovechó la oportunidad para desaparecer con el vehículo, dejando al hombre engañado.
El hombre, al darse cuenta de que había sido víctima de un robo, se dirigió rápidamente a realizar la denuncia. Sin embargo, la situación se complicó, ya que no contaba con información clave para identificar a la mujer: desconocía su nombre y no sabía dónde vivía.
Ante la falta de detalles, las autoridades comenzaron una investigación con el objetivo de localizar a la mujer responsable del robo y recuperar la motocicleta. Mientras tanto, el incidente ha servido como recordatorio de los riesgos de confiar ciegamente en desconocidos.
