Un grave incidente de violencia vial ocurrido en el partido bonaerense de Tigre se convirtió en tema de conversación nacional este miércoles, tras la difusión masiva de un video que muestra a un joven protagonizando una escena agresiva contra un chofer de colectivo. El episodio, registrado por testigos y pasajeros del transporte público, ocurrió en una transitada intersección: la Ruta 202 y la autopista Panamericana, a la altura de la localidad de Don Torcuato.
En las imágenes que rápidamente se viralizaron en redes sociales, puede observarse cómo un hombre, visiblemente alterado, se abalanza sobre la parte delantera de un colectivo de línea y golpea con violencia el parabrisas, provocando su rotura. La secuencia fue presenciada por pasajeros que se encontraban dentro del micro, quienes no ocultaron su consternación ante la conducta irracional del individuo, ni por los automovilistas que circulaban en la zona, que quedaron perplejos ante el nivel de agresividad exhibido.
De acuerdo a lo que trascendió posteriormente, el protagonista del hecho se movilizaba en un Toyota Etios de color gris. En medio del tránsito, intentó realizar una maniobra imprudente, al intentar pasar entre el colectivo y un camión de gran porte. Como consecuencia, habría terminado rozando o golpeando el vehículo de carga, lo que dio origen a su reacción violenta. Si bien no se confirmó si su auto sufrió algún daño concreto, ese roce parece haber sido el desencadenante de su actitud furiosa.
Durante el video, grabado por un testigo que se encontraba dentro del colectivo, se escuchan distintas voces que intentan calmar la situación o al menos advertir del peligro. Una de ellas comenta con preocupación: “Está drogado el pibito”, mientras otra advierte con firmeza: “Correte, flaco, que te va a saltar una astilla en el ojo”. Los pasajeros observaban con impotencia mientras el joven seguía golpeando el parabrisas con vehemencia, sin que nadie interviniera físicamente para detenerlo.
Además de mostrar la agresión en sí, la grabación permitió captar claramente la patente del vehículo involucrado, lo que podría facilitar a las autoridades iniciar acciones legales. Aunque aún no trascendieron detalles sobre la identidad del agresor —ni su nombre, ni su edad, ni su lugar de residencia—, contar con el dominio del automóvil representa un punto de partida importante para avanzar en una eventual investigación judicial.
Hasta el momento, no se registraron heridos como consecuencia directa del ataque. Ni el chofer del colectivo ni los pasajeros resultaron lastimados por las astillas de vidrio desprendidas durante la rotura del parabrisas. Sin embargo, la violencia del momento y el riesgo que implicó la escena dejaron en evidencia la necesidad de reforzar medidas de seguridad vial y protocolos de respuesta ante este tipo de comportamientos extremos.
El hecho pone nuevamente sobre la mesa el debate en torno a la violencia en el tránsito y la urgencia de que las autoridades implementen políticas efectivas para prevenir situaciones que, como en este caso, podrían haber derivado en una tragedia mayor.