Los primeros resultados de la autopsia realizada a Brenda Castillo, Morena Verri y Lara Morena Gutiérrez, las tres jóvenes cuyo cuerpo fue hallado en una vivienda de Florencio Varela, revelan que su muerte fue consecuencia de un extremo ensañamiento y tortura previa al homicidio. Según el informe preliminar, las jóvenes perdieron la vida entre la medianoche y las 2 de la mañana del sábado, después de haber tenido su último contacto con familiares el viernes a las 21:30. Se estima que llegaron a la vivienda donde se consumó el crimen alrededor de las 23:30.
En cuanto a las víctimas mayores de edad, una de ellas presentó fractura de cráneo, heridas punzocortantes en el cuello y traumatismos severos en la cara, lo que evidencia que fue golpeada de manera brutal. La otra víctima adulta sufrió luxación cervical, múltiples golpes en rostro, manos y pies, los cuales se encontraban además encintados, y heridas postmortem en cuello y rostro, aparentemente con el objetivo de dificultar su identificación.
Por su parte, la adolescente de 15 años fue sometida a un grado extremo de violencia: presentaba cortes en los dedos de la mano izquierda, heridas profundas en el cuello, el rostro y la oreja, así como quemaduras en los dedos que, según los peritos, fueron infligidas mientras estaba viva. Los expertos señalan que los patrones de agresión reflejan tortura orientada a obtener información antes del asesinato, siendo la menor la víctima que sufrió un mayor nivel de crueldad.
La investigación preliminar sugiere que las jóvenes fueron atraídas a la vivienda mediante un engaño: se les ofreció una propuesta económica falsa que sirvió para convocarlas al lugar donde finalmente fueron asesinadas. Además, se constata una amenaza previa dirigida a la menor de edad, que decía: “Devolve lo que robaste”. Según fuentes policiales, hay indicios de que el crimen podría estar vinculado a una organización narco, que estaría relacionada con la ejecución de este brutal triple homicidio.