Las inundaciones ocurridas en Argentina durante marzo de 2025 se vieron intensificadas por el cambio climático, según lo concluyó un reciente análisis de ClimaMeter. El estudio indica que la incidencia de lluvias extremas en episodios similares ha experimentado un aumento de hasta un 7 % en comparación con los registros del siglo pasado, fenómeno atribuido a modificaciones en los patrones de precipitación y circulación de los vientos.
Uno de los puntos más alarmantes del informe es el caso de Bahía Blanca, donde el 7 de marzo se registraron precipitaciones sin precedentes. En tan solo ocho horas, la cantidad de agua caída superó los 400 milímetros, desencadenando una crisis con consecuencias devastadoras para la ciudad. Este volumen de lluvia colapsó el sistema de drenaje urbano, lo que no solo intensificó los daños estructurales y materiales, sino que también incrementó los riesgos sanitarios para la población afectada.
Ante este panorama, los especialistas subrayan la necesidad urgente de implementar estrategias orientadas a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y al refuerzo de la infraestructura urbana. Advierten que el calentamiento global, impulsado en gran medida por la quema de combustibles fósiles, está directamente vinculado con la creciente frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos.
En el caso particular de Bahía Blanca, la infraestructura clave de la ciudad, incluido el Canal Maldonado, resultó insuficiente para contener el impacto de este evento climático. A la luz de estos datos, ClimaMeter sostiene que la influencia del cambio climático en la intensificación de las precipitaciones es innegable y advierte que este tipo de episodios podrían volverse más habituales en el futuro si no se toman medidas de mitigación y adaptación.