Un perro rescatado en la provincia de Córdoba se volvió viral después de que su dueño compartiera la impresionante historia de su aventura, que ocurrió la noche del martes, cuando viajó desde Capilla del Monte hasta La Falda, una ciudad cercana a su hogar. El dueño, en un tuit compartido en X (antes Twitter), relató: “Mi perro Bebo, ayer (martes) se tomó el tren de Capilla del Monte hasta La Falda. Debe haber pedido comida en los bares, boludeó toda la noche y se volvió en el primero de la mañana”.
La inesperada travesía de Bebo fue descubierta gracias a una alerta en un grupo de WhatsApp. Un miembro del chat compartió una foto y la ubicación del perro en la avenida Edén, en La Falda, destacando que el animal parecía “asustado” al estar lejos de su hogar. Sin embargo, lo que en principio parecía un problema para el perro no lo era tanto. Después de pasar la noche en la ciudad a unos 30 kilómetros de su casa, Bebo tomó el mismo tren de regreso sin mayores contratiempos, y se acomodó cómodamente antes de que su dueño despertara. “Cuando me desperté, ya estaba acá. Me enteré por el grupo de perros perdidos. Ahora está descansando”, explicó el dueño del perro.
El dueño de Bebo también aclaró que este perro, que solía vivir en la calle, tenía una conexión especial con La Falda y ya estaba acostumbrado a ir allí. De hecho, al parecer había aprendido a usar el tren. “Era muy de irse a La Falda cuando vivía en la calle. Ahora le voy a poner una tira en el collar pidiendo que no lo dejen subir”, comentó en el tuit. Bebo había pasado cinco años en la calle, lo que lo llevó a desarrollar una rutina que incluye escaparse de vez en cuando para ir a la ciudad a comer en los bares y negocios que lo cuidaban. Incluso, una vez se escapó un domingo y, al encontrarse con los negocios cerrados, decidió ir directamente a la casa de su veterinario, quien lo atendía.
Algunos seguidores expresaron su preocupación por los frecuentes escapes del perro y sugirieron que su dueño debería mantenerlo más controlado. Sin embargo, el dueño explicó que es un hábito difícil de erradicar, ya que vive en una zona rural. “Trato de que esté siempre conmigo y pierda la costumbre de irse, pero vivo en un campo”, aclaró. A pesar de sus escapatorias, Bebo siempre regresa a casa, y para mayor tranquilidad, su dueño le colocó una chapita con un número de teléfono para poder ser contactado en caso de que el perro decida irse nuevamente en sus propias aventuras.
