Una insólita y angustiante situación se vivió en la tarde del viernes en el barrio 3 de Noviembre, ubicado al norte de la ciudad de Córdoba, cuando una niña de apenas dos años protagonizó un accidente doméstico que generó conmoción entre los vecinos y movilizó a las fuerzas de emergencia. La pequeña quedó atrapada en el interior de un secarropas, lo que derivó en un operativo de rescate llevado a cabo por personal especializado, que actuó con rapidez y precisión para evitar que la situación se agravara. Afortunadamente, todo concluyó sin consecuencias físicas para la menor.
Un momento de juego que derivó en una emergencia
De acuerdo con lo informado por el diario La Voz, el hecho se desencadenó dentro de una vivienda familiar en circunstancias cotidianas. La niña se encontraba jugando junto a su madre, en lo que parecía una tarde tranquila. Sin embargo, en un instante de distracción, la pequeña logró introducirse por su cuenta en el tambor del secarropas, quedando atrapada en una posición incómoda y peligrosa. Su torso y sus piernas quedaron inmovilizados, impidiéndole moverse y provocándole una reacción inmediata de llanto y angustia.
Fue entonces cuando la madre, al oír los sollozos desesperados, corrió a ver qué sucedía y se encontró con la alarmante escena: su hija estaba parcialmente introducida en el electrodoméstico, sin poder salir. Pese a sus intentos por liberarla, no logró hacerlo y decidió comunicarse de inmediato con los servicios de emergencia para solicitar ayuda profesional.
Intervención de los bomberos: profesionalismo y humanidad
En cuestión de minutos, acudieron al domicilio dotaciones del Cuartel 6 y del DUAR Capital, pertenecientes a la Dirección de Bomberos de la Policía de Córdoba. Los rescatistas, al evaluar la escena, constataron que la niña se hallaba consciente, aunque con un alto nivel de angustia y dificultad para moverse por la posición en la que se encontraba. La situación exigía una intervención precisa, sin margen para el error.
Durante aproximadamente cinco minutos, el personal especializado trabajó cuidadosamente para liberar a la menor. La maniobra se realizó en dos etapas: primero lograron sacar su torso y, luego, con aún más cautela, liberaron sus piernas. Todo el procedimiento se llevó a cabo evitando cualquier tipo de maniobra brusca que pudiera provocarle dolor o lesiones.
En paralelo, la madre de la niña permaneció cerca de su hija, brindándole apoyo emocional y conteniéndola a lo largo de todo el operativo. Su presencia y serenidad resultaron fundamentales para calmar a la pequeña durante los minutos críticos del rescate.
Evaluación médica y final feliz
Una vez que la niña fue finalmente retirada del secarropas, los profesionales del servicio de emergencias médicas 107 se encargaron de revisarla en el lugar. Tras una evaluación completa, los médicos constataron que no presentaba ningún tipo de herida ni signos de haber sufrido lesiones internas o externas. Debido a ese diagnóstico favorable, no fue necesario trasladarla a ningún centro de salud y se le otorgó el alta médica en el mismo domicilio.
La niña quedó bajo el cuidado de su madre, visiblemente aliviada tras el susto vivido. En tanto, los vecinos del barrio, que se habían congregado con preocupación frente a la vivienda, aplaudieron la labor de los bomberos y celebraron el desenlace sin consecuencias físicas para la pequeña.
Este episodio pone de relieve no solo la importancia de la vigilancia permanente en el entorno doméstico, especialmente cuando hay niños pequeños, sino también el valor del accionar coordinado entre ciudadanía y servicios de emergencia, que, gracias a su respuesta rápida y efectiva, evitaron que un accidente potencialmente grave pasara a mayores.
