Video | El recorrido del sujeto acusado de descuartizar a su padre y llevarlo en una valija

Alexis Pachu, un cocinero de 46 años y ex empleado de una empresa gastronómica, mantenía una relación difícil con su padre, Atilio. Después de constantes peleas, Alexis tomó la decisión de mudarse a unas 30 cuadras de la casa de Atilio en Valentín Alsína, sobre la calle Juan Farrel al 400, aunque seguía visitándolo.

Finalmente, según la acusación en su contra, Alexis mató a su padre alegando que «lo tenía podrido». El crimen fue macabro, ya que utilizó un cuchillo para apuñalar a su padre, posteriormente lo descuartizó con una sierra y colocó partes del cadáver en una valija negra. Arrastró la valija por casi tres cuadras antes de descartarla en la plaza del barrio. La valija fue encontrada por un vecino, quien alertó a la Policía a través del 911. Al abrirla, los peritos forenses descubrieron que faltaban las manos, los brazos y la cabeza, complicando la identificación del cuerpo.

La investigación fue asignada a la Policía Bonaerense, y el fiscal Martín Rodríguez tomó a su cargo el caso. Las cámaras de seguridad fueron esenciales para esclarecer el crimen, mostrando a Alexis mientras arrastraba la valija. Se cree que la casa de Atilio fue la escena del crimen, ya que se encontraron manchas compatibles con el arrastre de un cuerpo ensangrentado. Sorprendentemente, Alexis fue encontrado durmiendo en la casa cuando la policía ingresó. Sostenía un cuchillo de cocina de gran tamaño como si fuera un osito de peluche.

Alexis Pachu detenido.

Dentro de la casa, se hallaron más partes del cuerpo de Atilio: la cabeza y una pierna estaban en el congelador, los brazos en una bolsa en el patio interno junto con seis cuchillos y el teléfono celular de Alexis, y otra bolsa de nylon contenía ropa manchada de sangre. Se presume que la experiencia de Alexis como chef facilitó el descuartizamiento extremadamente prolijo.

Alexis Pachu deberá enfrentar al fiscal Martín Rodríguez en su indagatoria, mientras los expertos de la Policía Científica se sorprenden por la meticulosidad del descuartizamiento.